Astrofísica
Se repiten unos misteriosos pulsos ultrabreves de ondas de radio que llegan de un punto del cosmos
Unos astrónomos han detectado por vez primera una repetición de pulsos cortos de ondas de radio de una misma y enigmática fuente que se encuentra probablemente mucho más allá del borde de nuestra galaxia, la Vía Láctea. El hallazgo indica que estas “ráfagas rápidas de radio” proceden de un objeto extremadamente potente que ocasionalmente produce múltiples ráfagas en menos de un minuto.
Antes de este descubrimiento, todas las ráfagas rápidas de radio (FRBs, por sus siglas en inglés) parecían ser sucesos puntuales y extraordinarios. Debido a ello, la mayor parte de las teorías sobre el origen de estos misteriosos pulsos se han referido a fenómenos cataclísmicos que destruyen su fuente, como una estrella explotando en forma de supernova, por ejemplo, o una estrella de neutrones convirtiéndose en un agujero negro. Lo encontrado ahora, sin embargo, muestra que al menos algunas de estas raras emisiones tienen otros orígenes.
Los FRBs, cuyos pulsos duran apenas unas milésimas de segundo, han desconcertado a los científicos desde que se detectó el primero de ellos hace casi una década. Aquella enigmática primera ráfaga, sobre la cual los redactores de NCYT de Amazings escribimos un artículo (http://www.amazings.com/ciencia/noticias/161107d.html) publicado el 16 de noviembre de 2007, se dio en llamar el "Estallido de Lorimer", por el nombre del científico que dirigió la investigación en la que se hizo el hallazgo, Duncan Lorimer, de la Universidad de Virginia Occidental en Estados Unidos. El radiofogonazo llegó a la Tierra en 2001, pero fue en 2007 cuando se le detectó al reanalizar datos de observaciones hechas por un radiotelescopio desde Australia.
A pesar de los amplios esfuerzos de seguimiento, hasta ahora los astrónomos no se habían topado con ningún caso de repetición de ráfagas desde una misma fuente.
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Eso comenzó a cambiar hace varios meses, cuando Paul Scholz, de la Universidad McGill en Canadá, estaba cribando resultados de observaciones realizadas con el radiotelescopio de Arecibo en Puerto Rico, el mayor del mundo. Los nuevos datos, recogidos en mayo y junio de 2015 y procesados por un supercomputador en el Centro de Computación de Alto Rendimiento de McGill, revelaron la presencia de varias ráfagas con propiedades que concuerdan con las de un FRB detectado en 2012.
La repetición de señales fue toda una sorpresa. Scholz ejecutó un análisis de las restantes lecturas a través de un programa especializado. Y encontró que había un total de 10 nuevas ráfagas. Scholz, Laura Spitler del Instituto Max Planck de Radioastronomía (MPIfR) en Bonn, Alemania, y otros especialistas han analizado desde entonces estas enigmáticas señales, sin poder llegar a conclusiones claras.
El objeto que las genera debe ser muy exótico. Quizá se trate de una estrella de neutrones en rotación rapidísima y con una potencia sin precedentes, que permite la emisión de pulsos extremadamente brillantes, aunque por ahora todo son conjeturas.



