Demografía
La tasa de natalidad en Europa ha dejado de disminuir pero sigue siendo problemática
La tendencia descendente de la tasa de natalidad, que comenzó a manifestarse en Europa tras la Segunda Guerra Mundial, se ha invertido, según los resultados de un nuevo estudio. No obstante, los políticos tendrán aún que enfrentarse con problemas derivados de una población cada vez más vieja, pues los europeos viven más años que antes y las tasas de natalidad están por debajo del nivel necesario para cambiar radicalmente el equilibrio entre jóvenes y ancianos.
Durante algunas décadas, las parejas han tenido hijos a una edad cada vez mayor. Pero la tasa de natalidad entre las mujeres jóvenes se ha estabilizado, y la tendencia a largo plazo hacia una menor tasa de natalidad se ha invertido.
En 2004, RAND Europe publicó un informe que exploraba los temas asociados con la baja tasa de natalidad en Europa. En ese momento, la tasa total de fecundidad era inferior al nivel de reemplazo de 2,1 hijos por mujer en todos los estados miembros de la Unión Europea. Este nuevo estudio actualiza las conclusiones del informe anterior y examina el impacto de las distintas políticas sobre los problemas de natalidad.
Los resultados del nuevo estudio, a cargo del equipo de Stijn Hoorens, y publicados por RAND Europe, indican que desde principios de la década del 2000 han existido signos de recuperación en la fecundidad. En todos los países de la Unión Europea excepto cuatro (Chipre, Luxemburgo, Malta y Portugal), la tasa de fecundidad aumentó entre 2000 y 2008.
A pesar de ello, la tasa total de fecundidad se mantiene por debajo de la tasa de reemplazo en los 27 países de la Unión Europea, y más de la mitad (14), tienen una tasa de fecundidad por debajo de 1,5 hijos por mujer.
Se aprecian signos de una "Europa de dos velocidades": En los estados europeos del noroeste, la tasa de fecundidad es mayor que en los estados del centro, los del sur y los de habla alemana.
En la actualidad, 1 de cada 5 bebés en Europa tiene una madre nacida en el extranjero. Sin embargo, la migración no es la razón principal de la recuperación de la fecundidad de este período en Europa. El comportamiento reproductivo de las personas inmigrantes tuvo un papel relativamente modesto. Lo que sí tiende a hacer la migración es causar una rápida aportación poblacional de mujeres en su edad reproductiva, lo que tiene un efecto mitigador sobre el envejecimiento de la población.
A pesar de la recuperación, la población europea continúa envejeciendo, y los legisladores y políticos deberán hacer frente a las consecuencias de esa tendencia para las pensiones, la asistencia sanitaria, y otras cuestiones.


