Antropología
El ADN corrobora el devastador efecto de la colonización europea sobre la población original de América
El primer estudio a gran escala del antiguo ADN de los primeros pueblos americanos ha confirmado el impacto devastador de la colonización europea sobre las poblaciones indígenas americanas de la época.
Los autores de este estudio han reconstruido una historia genética de las poblaciones nativas americanas, examinando directamente el ADN de 92 momias y esqueletos precolombinos, de entre aproximadamente 500 y 8.600 años de antigüedad.
La investigación realizada por el equipo internacional de Bastien Llamas, del Centro Australiano de ADN Antiguo (ACAD), adscrito a la Universidad de Adelaida, revela una ausencia llamativa de linajes genéticos precolombinos entre los indígenas americanos modernos, lo cual muestra su extinción coincidiendo con la llegada de los españoles.
Sorprendentemente, ninguno de los linajes genéticos encontrados por los investigadores en casi 100 humanos antiguos están presentes, o muestran evidencia de descendientes, en las poblaciones indígenas de hoy en día, al menos a juzgar por los datos poblacionales actuales disponibles.
El único escenario que encaja con lo observado, según los autores del estudio, es que poco después de la colonización inicial por los primeros habitantes humanos del continente, se establecieran poblaciones que a posteriori permanecieron aisladas geográficamente entre sí, y que la mayor parte de ellas se extinguieran como tales después del contacto con los europeos. Esto coincide muy de cerca con los informes históricos de un gran colapso demográfico inmediatamente después de que llegaran los españoles a finales del siglo XV.
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La Doncella, una momia inca que fue encontrada en el Monte Llullaillaco, en Argentina, en 1999. El ADN de esta momia se empleó en el actual estudio genético, junto con el de más de 90 humanos precolombinos adicionales. (Foto: Johan Reinhard)
Las señales genéticas antiguas también proporcionan un calendario más preciso sobre la entrada a América de las primeras gentes, a través del puente de tierra que conectaba Asia y la punta noroccidental de Norteamérica durante la última Edad del Hielo, en el actual Estrecho de Bering.
La nueva reconstrucción genética confirma que los primeros americanos entraron en el continente hace alrededor de 16.000 años a través de la costa del Pacífico, sorteando las enormes capas de hielo que bloqueaban un corredor interior que se abrió solo mucho más tarde. Se extendieron hacia el sur con relativa rapidez, alcanzando el sur de Chile hace unos 14.600 años.



