Astronáutica
Lanzado el segundo satélite Sentinel
El 25 de abril se lanzó el segundo satélite Sentinel-1, el Sentinel-1B, destinado a ofrecer más "visión radar" al programa medioambiental europeo Copérnico. Partió en un lanzador Soyuz ST-A (VS14) desde el puerto espacial europeo en Kourou, en la Guayana Francesa, a las 21:02 UTC (23:02 CEST), y 23 minutos y 35 segundos más tarde se separaba de la etapa superior Fregat del lanzador. El lanzamiento había sido retrasado anteriormente en tres ocasiones, debido a problemas meteorológicos y técnicos.
Sentinel-1B se une a su gemelo idéntico, Sentinel-1A, ya en órbita, con el objetivo de proporcionar información para diversos servicios que van desde la supervisión del hielo de los mares polares al seguimiento de la subsidencia del terreno, así como para dar respuesta a desastres como las inundaciones.
"El lanzamiento de Sentinel-1B marca un nuevo hito importante como la primera constelación creada para el programa Copérnico", declara el director general de la ESA Jan Woerner.
"Al orbitar a 180º, los dos satélites optimizan la cobertura y entrega de datos para los servicios que están dando un giro radical a la manera de gestionar nuestro entorno".
Ambos satélites portan un radar avanzado SAR, en banda C, que capta imágenes de la superficie de la Tierra a través de las nubes y la lluvia, tanto en el día como durante la noche. El satélite fue construido por la empresa Thales Alenia Space sobre una plataforma Prima Bus, y pesó 1.164 kg al despegue. Tendrá una vida útil mínima de algo más de 7 años.
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Durante el lanzamiento, se plegaron la antena radar del satélite de 12 m y los paneles solares de 10 m para caber en el carenado de protección del lanzador Soyuz. Los paneles solares y el radar se abrieron simultáneamente en una cuidadosa secuencia que tardó alrededor de 10 horas en completarse.
Ahora que Sentinel-1B se ha puesto en órbita, el equipo de controladores del centro de operaciones de la ESA en Alemania se encargará de garantizar que todo funciona correctamente y preparará el satélite para las operaciones.
"Hemos visto algunos resultados maravillosos de Sentinel-1A", comentaba Volker Liebig, director de los programas de observación de la ESA. Por ejemplo, hace tan solo dos semanas inmortalizó cómo unos grandes icebergs se desprendían de la barrera de hielo Nansen de la Antártida. Ahora se aproxima el invierno a la Antártida y las horas de luz se reducen, por lo que las imágenes por radar son esenciales para detectar qué cambios tienen lugar".
"Con Sentinel-1B en órbita recibiremos el doble de datos y alcanzaremos una cobertura global en seis días".
"Se trata del cuarto satélite que lanzamos con el programa Copérnico en solo dos años y este lanzamiento es especial, ya que completa la constelación Sentinel-1".
Asimismo, el lanzamiento de Sentinel-1B pudo ofrecer a otros satélites pequeños un viaje al espacio, una oportunidad que aprovecharon tres CubeSats 1U. Estos pequeños satélites, de 10×10×10 cm cada uno, han sido desarrollados por equipos de estudiantes universitarios a través del programa "Fly your satellite" de la Oficina de gestión de educación y conocimiento de la ESA en colaboración con universidades europeas.
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Los tres CubeSats, de 1 kg de peso, son: OUFTI-1 de la Universidad de Lieja, Bélgica, e-st@r-II de la Politécnica de Turín, Italia, y AAUSat-4 de la Universidad de Aalborg, Dinamarca. El primero probará nueva tecnología para comunicaciones, el segundo ensayará materiales y un sistema de orientación, y el tercero llevará a bordo un sistema de localización AIS.
"Lo más importante es que el programa está contribuyendo en la formación de la nueva generación de científicos e ingenieros al compartir con ellos el conocimiento especializado de la ESA en materia de diseño, construcción, pruebas, lanzamiento y funcionamiento de satélites", señala Piero Galeone, jefe de la unidad de educación terciaria de la ESA.
"Con ello ayudamos a dar forma a los profesionales del espacio del futuro, al permitir que los estudiantes experimenten el ciclo de vida completo de un proyecto espacial real conforme a los estándares de la ESA".
Por último, también subió a bordo del lanzador Soyuz el satélite Microscope de la agencia espacial francesa, CNES. El MICROSCOPE (Microsatellite à traînée Compensée pour l'Observation du Principe d'Equivalence), aunque con una década de retraso, intentará efectuar experimentos de índole física (Principio de Equivalencia) relacionados con la teoría de la relatividad general. Ha sido construido por el CNES sobre una plataforma Myriade y pesó 303 kg al despegue. Operará durante unos dos años. (Fuente: ESA/NCYT Amazings)



