Ecología
Contaminación en Dakota del Norte por culpa del fracking
El proceso de fracturación hidráulica (fracking) se vale de grandes cantidades de agua con sustancias especiales añadidas para romper rocas del subsuelo y liberar el petróleo y el gas natural atrapados. Esa agua, que se inyecta a presión en la zona del subsuelo que se desea fracturar, puede tener efectos contaminantes si se produce una filtración de la misma fuera de las zonas de los pozos de extracción.
Los vertidos accidentales de agua de esta clase en Dakota del Norte, Estados Unidos, han causado una amplia contaminación de tierras y de acuíferos, según se ha comprobado en un nuevo estudio.
Avner Vengosh, Nancy Lauer y Jennifer Harkness, de la Universidad Duke en Durham, Carolina del Norte, Estados Unidos, encontraron altos niveles de amonio, selenio, plomo y otros agentes tóxicos, así como elevados niveles de sales, en las aguas residuales dejadas por las operaciones de fracking realizadas principalmente en pozos petrolíferos de la zona de Bakken, en el sector occidental de Dakota del Norte.
Los arroyos contaminados por estas aguas residuales contenían niveles de sustancias contaminantes que excedían a menudo el límite máximo permitido por los reglamentos federales sobre el consumo seguro del agua o la salud del medio acuático.
El suelo de los lugares de los vertidos estaba contaminado con radio, un elemento radiactivo que de manera natural está presente en ciertos minerales. El radio se unió químicamente a partículas del suelo después de que se liberara el agua del vertido.
En un sitio, los investigadores aún pudieron detectar niveles elevados de sustancias contaminantes cuatro años después de que se produjera el vertido de agua de fracking.
"La magnitud de las actividades de perforación en busca de petróleo en Dakota del Norte es abrumadora”, subraya Vengosh. Aquí se han excavado más de 9.700 pozos durante la última década. Este desarrollo masivo ha llevado a más de 3.900 vertidos de agua de fracking.
A diferencia del petróleo vertido, que empieza a descomponerse en el suelo, el agua de fracking es rica en sustancias inorgánicas, metales y sales que son resistentes a la biodegradación. “No se van, se quedan; esto nos ha dejado un legado de radiactividad en todos los lugares donde ha habido vertidos”, denuncia Lauer.