Ingeniería
Dar a los automóviles autoconducidos la habilidad de circular sobre terrenos accidentados
Unos científicos han ideado una técnica para ayudar a mantenerse bajo control a un vehículo sin conductor cuando maniobra en condiciones extremas de circulación. El enfoque podría ayudar a hacer más seguros los coches autoconducidos del futuro en carreteras peligrosas y otros terrenos problemáticos.
El equipo de Panagiotis Tsiotras y Evangelos Theodorou, del Instituto Tecnológico de Georgia (Georgia Tech) en Estados Unidos, ha evaluado la nueva tecnología haciendo correr, deslizarse y saltar a coches totalmente autónomos, con tamaños de una quinta parte del normal, a una velocidad equivalente a casi 150 km/h. La técnica usa algoritmos avanzados y computación a bordo del vehículo, coordinados con dispositivos de detección instalados también a bordo, para aumentar la estabilidad del vehículo, manteniendo al mismo tiempo una velocidad razonablemente rápida.
Un vehículo autónomo debería ser capaz de afrontar cualquier situación. Su habilidad para conducir no debería estar limitada a poder conducir por una autopista bajo condiciones normales, tal como señala Tsiotras, experto en las matemáticas vinculadas a la estabilidad en marcha de un coche de rally. Uno de los principales objetivos hacia los que ha trabajado el equipo de Tsiotras es inculcar en los cerebros de estos vehículos autónomos algunas de las técnicas de conducción sobre terrenos accidentados usadas por conductores humanos.
Las técnicas tradicionales en los vehículos robóticos utilizan el mismo enfoque de control tanto si estos conducen en condiciones normales como si se hallan en el límite de la adherencia respecto a la calzada. El método del Georgia Tech ha sido desarrollado específicamente para abordar la dinámica no lineal implicada en el control de un vehículo próximo a sus límites de fricción.
Investigadores del Georgia Tech están utilizando un vehículo autónomo propulsado eléctricamente para extraer conocimientos y conclusiones que ayuden a los vehículos sin conductor a mantener el control en situaciones de escasa estabilidad. Con el vehículo robótico de pruebas aparecen, de izquierda a derecha, Sarah Selim, Brian Goldfain, Paul Drews y Grady Williams. (Foto: Georgia Tech / Rob Felt)
La conducción que se equipara a veces con la definición de conducción agresiva o conducción evasiva es un modo de maniobrar un vehículo muy cerca del límite de su estabilidad. Un piloto humano lo hace por "instinto", a partir de su experiencia conduciendo en situaciones parecidas o habiéndose entrenado para ellas. Pero un automóvil sin conductor debe hacerlo con la única ayuda de su software y la información suministrada por sus sensores, y eso implica realizar cálculos con una enorme complejidad. Sin embargo, fusionando física estadística con teoría de control, y utilizando computación de vanguardia, el equipo de Tsiotras y Theodorou ha logrado un medio de crear una nueva base para el desarrollo de técnicas de autoconducción en vehículos.