La "postura" nocturna de los árboles al "dormir"

La mayoría de los organismos vivos adaptan su comportamiento al ciclo día-noche. Las plantas no son una excepción, y tenemos ejemplos como el de que las flores se abren por la mañana, o el de que algunas hojas de árbol se cierran de noche.

Los científicos han estado estudiando durante mucho tiempo el ciclo día-noche en los vegetales: Darwin registró el movimiento nocturno de las hojas vegetales y lo llamó “sueño”. Pero hasta ahora, los estudios de este tipo se han venido realizando esencialmente solo con plantas pequeñas en tiestos, y nadie sabía si los árboles “dormían” también. Ahora, un equipo de investigadores de Austria, Finlandia y Hungría ha medido el movimiento nocturno de árboles adultos, mediante escaneos láser periódicos en millones de puntos.

Los resultados obtenidos por el equipo de Eetu Puttonen (Instituto de Investigación Geoespacial Finlandés), András Zlinszky (Centro de Investigación Ecológica de la Academia Húngara de Ciencias) y Norbert Pfeife (Universidad Tecnológica de Viena en Austria) muestran que típicamente todo el árbol se encorva durante la noche y que ello se manifiesta como un cambio de posición en hojas y ramas. Los cambios no son muy grandes, solo de hasta unos 10 centímetros para árboles con una altura de unos 5 metros, pero estuvieron presentes de forma sistemática durante las observaciones y fueron claramente perceptibles por los instrumentos de medición.

Para descartar los efectos del tiempo meteorológico y del lugar, el experimento se hizo dos veces con dos árboles distintos. El primero fue examinado en Finlandia y el otro en Austria. Ambas pruebas se hicieron cerca del equinoccio, bajo condiciones de calma, sin viento ni condensación. Se apreció que las hojas y las ramas se encorvaron gradualmente, alcanzándose la posición más baja un par de horas antes de la salida del Sol. Por la mañana, los árboles volvieron a su posición original en el plazo de unas pocas horas. No está todavía claro si fueron “despertados” por el Sol o por su propio reloj circadiano interno.

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