Ingeniería
Células solares en papel y tela
Ante nosotros, una hoja de papel que no es lo que parece. Esta hoja de papel se parece a cualquier otro documento gráfico salido de una impresora común, y muestra una serie de rectángulos coloreados impresos sobre gran parte de su superficie. Pero un investigador adhiere un par de cables al papel y lo expone a la luz. Al instante, la pantalla de cristal líquido de un reloj conectada al otro extremo de los cables empieza a mostrar la hora.
De un modo que, en lo esencial, es casi tan barato y fácil como imprimir una fotografía en una impresora de chorro de tinta, se ha creado una célula solar en esa hoja de papel. Y funciona, como se ha podido comprobar. El substrato es el papel, y todo lo demás se debe a las "tintas" especiales depositadas en la hoja.
La singular célula solar así conseguida incluso se puede plegar para guardarla en un bolsillo o hacer un avión de papel con ella y luego desdoblarla y ver cómo genera de nuevo electricidad con la luz del Sol.
En pruebas con células solares en un soporte de plástico delgado, se ha comprobado que siguen funcionando incluso después de plegar y desplegar la lámina mil veces.
La nueva tecnología ha sido desarrollada por un equipo de investigadores del MIT, integrado, entre otros, por Karen Gleason, Vladimir Bulovic y Miles Barr.
La técnica representa un cambio radical de enfoque con respecto a los sistemas usados hasta ahora para crear la mayoría de las células solares. Tales sistemas requieren exponer el substrato a condiciones físicas potencialmente perjudiciales, ya sea en forma de líquidos problemáticos o de temperaturas muy altas.
En cambio, el nuevo proceso de impresión usa vapores, no líquidos, y las temperaturas de trabajo son menores de 120 grados centígrados. Estas condiciones de fabricación más suaves hacen posible utilizar substratos ordinarios no tratados, como por ejemplo papel, tela o plástico, sobre los cuales pueden imprimirse las células solares.
Aunque en lo básico el proceso es comparable a imprimir una fotografía sobre papel mediante una impresora de chorro de tinta, hay que admitir que resulta un poco más complejo. Para crear un conjunto de células fotovoltaicas en una hoja de papel, hay que depositar cinco capas de material sobre la misma hoja, en pasos sucesivos, a fin de formar los patrones de las células solares en la superficie. Y el proceso se tiene que llevar a cabo en una cámara al vacío. Pese a todo, es indudable que resulta un método de fabricación mucho más simple, flexible y barato que los convencionales.