Biología
Miden el esfuerzo físico de llevar puesta una armadura medieval
Las armaduras medievales protegían a los soldados frente al enemigo, pero a cambio del esfuerzo físico extra de cargar con su peso. Esas armaduras metálicas solían pesar entre 30 y 50 kilogramos.
En un nuevo estudio, se ha medido el esfuerzo físico de tener que moverse con la armadura puesta, y se ha demostrado que los soldados que lo hicieron en la Edad Media debieron usar más del doble de la cantidad de energía que habrían usado de no llevarla puesta. Éstas son las primeras pruebas experimentales inequívocas de las limitaciones de llevar una armadura medieval para el desempeño de las acciones de combate de un soldado.
Otro de los resultados del estudio ratifica y cuantifica que llevar este tipo de carga extendida por todo el cuerpo requiere mucha más energía que si se lleva el mismo peso en una mochila. Esto se debe a que, al vestir una armadura, las extremidades se cargan con un peso que requiere más esfuerzo para lograr el movimiento con cada zancada. Si en vez de eso, todo el peso se lleva en una mochila a la espalda, su transporte se optimiza, y mover las extremidades resulta más fácil.
El equipo de Graham Askew, de la Universidad de Leeds, en el Reino Unido, también incluyó a expertos de las universidades de Leeds, Milán y Auckland, junto con eruditos de la Armería Real en Leeds.
Los investigadores trabajaron con expertos en las antiguas tácticas de combate, que trabajan para el Museo de la Armería Real. Estos especialistas se enfundaron en réplicas exactas de armaduras de cuatro clases europeas diferentes. Llevaron a cabo una serie de ejercicios caminando y corriendo, durante los cuales se midió su uso del oxígeno a través de máscaras de respirometría, proporcionando a los investigadores una información fidedigna de la cantidad de energía que estaba siendo utilizada por los portadores de las armaduras.
Los resultados del estudio también demuestran que la armadura tuvo una clara influencia en la respiración de los soldados. En vez de respirar profundamente al realizar una intensa actividad física, como lo habrían hecho de no haber llevado armadura, los sujetos de estudio inhalaban y expulsaban aire muchas más veces y con bocanadas pequeñas.