Nanotecnología
Un "tatuaje electrónico" capaz de monitorizar las emociones y la actividad muscular
Un nuevo “tatuaje electrónico” temporal que puede medir la actividad de las células musculares y nerviosas promete revolucionar la medicina, la fisioterapia e incluso las investigaciones de marketing.
El tatuaje, desarrollado en la Universidad de Tel Aviv en Israel, consiste en un electrodo de carbono, una superficie adhesiva que se pega a la piel, y un recubrimiento de polímero conductor basado en la nanotecnología que aumenta el rendimiento del electrodo. Registra señales con fuerza y de manera continua, durante horas y horas, sin irritar la piel.
El electrodo, desarrollado por la profesora Yael Hanein, jefa del Centro de Nanociencia y Nanotecnología en la Universidad de Tel Aviv, podría ayudar a mejorar la eficacia de los tratamientos de fisioterapia para nervios y otros tejidos dañados, e incluso podría permitir obtener lecturas sobre nuestra vida emocional.
Con relación a esto último, una aplicación importante del nuevo electrodo es monitorizar expresiones faciales a través de señales eléctricas recibidas desde los músculos faciales.
Dado que tales expresiones suelen reflejar emociones, y que una medición meticulosa de tales expresiones puede permitir diferenciar entre las genuinas y las fingidas, sería viable identificar de manera fiable las emociones de las personas y medir su intensidad. Esto ofrece muchos usos potenciales. Anunciantes, encuestadores, profesionales de los medios de comunicación y de otros sectores: todos quieren comprobar las reacciones de la gente ante un producto, una situación o una información. Hoy en día, sin herramientas científicas precisas disponibles, dependen en buena parte de cuestionarios que inevitablemente son bastante subjetivos, tal como señala Hanein.
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El dispositivo inventado es también una alternativa a la electromiografía, una prueba que determina la salud de los músculos y las células nerviosas. Es un procedimiento médico desagradable e incómodo que requiere que los pacientes permanezcan sin moverse en el laboratorio durante horas y horas. A menudo, se introduce una aguja en el tejido muscular para registrar su actividad eléctrica, o la parte a analizar en el cuerpo del paciente es impregnada con un gel frío y pegajoso y conectada a aparatosos electrodos superficiales, difíciles de manejar.
El "tatuaje" electrónico permite a los pacientes llevar a cabo sus tareas diarias, mientras el electrodo monitoriza su actividad muscular y nerviosa. La idea, en palabras de Hanein, es: pégatelo y olvídate de él.
De entre las importantes aplicaciones terapéuticas del dispositivo, una de las primeras en ponerse en práctica es supervisar la actividad muscular de pacientes con enfermedades neurodegenerativas, algo que se hará en un estudio a cargo de expertos del Centro Médico de Tel Aviv.
En el futuro, los datos fisiológicos medidos en músculos concretos podrían ser empleados para indicar el grado de alerta de los conductores en la carretera; los pacientes en rehabilitación tras un derrame cerebral o por haber sufrido algún otro daño cerebral podrían utilizar el “tatuaje” para ayudar en la fisioterapia orientada a mejorar el control muscular; y las personas que han padecido la amputación de algún miembro podrían emplear el "tatuaje" para mover extremidades artificiales con los músculos restantes.



