Paleontología
Cueva Fantasma, un nuevo yacimiento promesa en el complejo de Atapuerca
El proyecto Atapuerca (España) no tiene límites: cuanto más se sabe más necesidad hay de conocer nuevos yacimientos, adentrarse más a fondo en el estudio de la sierra del mismo nombre, hay afán e ilusión por seguir avanzando, por tener más elementos de primera mano que permitan conocer las raíces de nuestra historia. Es lo que ha ocurrido una vez más este verano con la campaña de excavación que ahora finaliza.
Uno de los focos de interés ha sido la puesta a punto de Cueva Fantasma para su incorporación en el Proyecto Atapuerca. Se trata de una cavidad que ya estaba documentada, y en una ocasión alguien incluso encontró un bifaz, una especie de cuchillo antiguo, pero allí estaba olvidada. Este año, miembros del Equipo de Investigación de Atapuerca (EIA), han limpiado la cavidad, que con el paso del tiempo había quedado cubierta por cascotes de la ladera que le acoge, con el fin de saber su potencial. Y ha habido sorpresas.
Situada por encima de Gran Dolina -donde se encontraron los primeros restos de Homo antecessor, el primer homínido caníbal-, Cueva Fantasma es una sala kárstica de unos 30 metros de ancho, “posiblemente una de las cavidades con sedimentos más grandes de la Sierra de Atapuerca”, apunta entusiasmado con el nuevo hallazgo Eudald Carbonell, codirector del Proyecto Atapuerca y miembro del IPHES (Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social). De momento se han desvelado estos días bastantes restos fósiles de fauna. A falta de las dataciones pertinentes, por una serie de características, se sabe que son prehistóricos y que estarían por debajo de los 700.000 años. Se erige así como un yacimiento prometedor que habrá que investigar a fondo.
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Mientras tanto, desde el 16 de junio y hasta el 28 de julio ha habido otros yacimientos de la Sierra de Atapuerca que simultáneamente han sido objeto de una nueva campaña de excavación. Han participado un total de 284 personas de 23 nacionalidades. Es el año con mayor afluencia de excavadores y con más internacionalización, muy por delante de ejercicios anteriores. En 2015, por ejemplo, la campaña contó con 277 investigadores de 9 países, mientras que en 2014 hubo 226 personas de 7 nacionalidades.
Otra aportación significativa de este año se ubica en la zona conocida como la Trinchera del Ferrocarril, concretamente en la Sima del Elefante. En su nivel de alrededor de 1,3 millones de años, se han recuperado restos de aves de diferentes tamaños, de oso, de bóvido y de ciervo. Algunos de los restos de herbívoro hallados ahí presentan trazas de actividad humana, como marcas de corte y fracturación de los huesos largos. Junto a estos restos faunísticos con actividad antrópica, también se ha obtenido un fragmento de lasca en sílex cretácico. Ambas evidencias, faunísticas y líticas muestran, sin ninguna duda, que la presencia de los grupos humanos en la sierra de Atapuerca se remonta hasta hace como mínimo 1,3 millones de años.
En Galería lo que se ha confirmado es el aprovechamiento antrópico de los animales que caían por la trampa natural situada al Este de la cueva. Hace entre 220.000 y 280.000 años, los grupos humanos accedían a los animales y transportaban los elementos esqueléticos más ricos en masa muscular (extremidades), abandonando en Galería los restos pertenecientes a la caja torácica. Estos últimos eran posteriormente aprovechados por los carnívoros, como lo atestiguan las múltiples mordeduras halladas en los fósiles. (Fuente: IPHES)



