Biología
Origen evolutivo de la atracción por las bebidas alcohólicas
Una nueva investigación indica que a los prosimios les gustan las bebidas alcohólicas, y aporta pistas sobre los orígenes evolutivos del consumo humano del alcohol.
El consumo de alcohol está muy extendido en la naturaleza, y de hecho este es uno de los ingredientes de savias, frutas y néctares fermentados. Por tanto forma parte de manera natural de muchas dietas de primates, por lo que estos han evolucionado para digerirlo rápidamente y minimizar sus efectos tóxicos. Pero dado que el alcohol es también una fuente de calorías, es verosímil que atraiga a algunos primates, incluyendo, hipotéticamente, a nuestros antepasados humanos. De hecho, investigaciones anteriores encontraron que los humanos y los simios africanos poseen una mutación genética que acelera radicalmente la digestión del alcohol. Sin embargo, esta mutación también está compartida por el ayeaye (Daubentonia madagascariensis), uno de los mamíferos más extraños de la Tierra. La cuestión que inevitablemente ello plantea es, por tanto, si los ayeayes se ven atraídos por el alcohol.
En el primer estudio controlado de su clase, el equipo de Samuel Gochman y Nathaniel J. Dominy, del Dartmouth College en Estados Unidos, ha comprobado la existencia en dos ayeayes y otro primate prosimio (un loris perezoso) de la capacidad para discriminar entre diferentes concentraciones de alcohol, constatando además que cada especie prefería aquellas que contenían las más altas de entre las disponibles.
El ayeaye es un lémur nocturno endémico de Madagascar con un linaje que se remonta a casi 70 millones de años. Tienen un dedo huesudo alargado para detectar y extraer larvas de los árboles en descomposición. En muchos aspectos, a los ayeayes se les puede considerar versiones en forma de primate de los pájaros carpinteros. Así que es desconcertante que puedan digerir el alcohol de forma tan eficiente, tal como recalca Dominy.
En la estación húmeda, sin embargo, los ayeayes dedican hasta el 20 por ciento de su tiempo de alimentación al néctar del árbol del viajero, una planta primitiva de Madagascar. Si el néctar está fermentado, entonces tendría sentido ecológico la digestión hipereficiente del alcohol. Los experimentos realizados en la nueva investigación corroboran que los ayeayes son capaces de discriminar entre el agua potable y las diversas concentraciones de alcohol, y que ajustan su consumo en función de ello. Los análisis estadísticos adicionales corroboraron que los ayeayes investigados preferían las mayores concentraciones de alcohol.