Zoología
Descubren una nueva serpiente venenosa en Costa Rica
Un equipo internacional de científicos ha resuelto un caso de identidad equivocada y de este modo ha descubierto una nueva especie de serpiente venenosa.
La nueva serpiente de la Palmera de Talamanca es verde y negra y vive en algunas de las regiones más remotas de Costa Rica. La coloración es una característica que comparte con una especie muy similar a ella. De hecho, las dos especies se parecen tanto que la nueva no fue reconocida durante más de 100 años. Es un caso de especiación críptica, donde dos especies parecen casi idénticas, pero son genéticamente diferentes.
Es un fenómeno realmente interesante, tal como enfatiza el biólogo Christopher Parkinson, quien lideró el equipo que hizo el descubrimiento y que es profesor en la Universidad de Florida Central, Estados Unidos.
El equipo descubrió por primera vez evidencias de la nueva especie en 2001, durante un análisis genético de serpientes. Parkinson, experto en serpientes venenosas, y sus colaboradores, apreciaron algunas diferencias genéticas inusuales entre las que estaban estudiando. Empezaron a cuestionarse entonces si podían tener una nueva especie entre manos. Sin embargo, estas serpientes viven a grandes altitudes y son escasas incluso en su hábitat natural, haciendo difícil encontrar las muestras necesarias para realizar comparaciones detalladas.
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Para solucionar esto, Tiffany Doan, coautora de la nueva investigación, recurrió al Centro de Investigaciones y Descubrimientos de Anfibios y Reptiles de la Universidad de Texas en Arlington (Estados Unidos), al Museo de Zoología de la Universidad de Costa Rica, y a varios otros museos en todo el país para obtener los datos morfológicos usados en el proyecto. Estas instituciones albergan colecciones de historia natural que contienen miles de especímenes de reptiles procedentes de décadas de investigación y recolección. Proporcionaron a Doan y sus colegas la capacidad de comparar la morfología de las serpientes sospechosas con la de las otras, habiendo sido colocadas en colecciones museísticas a lo largo de 150 años. Durante los pasados 15, el equipo también consiguió muestras de tejido de especímenes adicionales para comparar el ADN de la especie de serpiente potencialmente nueva con el ADN de otras serpientes en América Central. Lo que han ido encontrando ha permitido verificar finalmente que la serpiente sospechosa sí constituye una nueva especie.



