Climatología
Disminución de recursos pesqueros en el lago Tanganika por culpa del calentamiento global
La disminución en la productividad pesquera en el lago Tanganika desde la década de 1950 es una consecuencia del calentamiento global y no solo de la sobrepesca, según un nuevo informe de un equipo internacional.
En el siglo XIX, el agua se estaba calentando al mismo tiempo que la cantidad de pescado disponible empezaba a reducirse, según ha descubierto el equipo. Las algas del lago, que son alimento para los peces, empezaron también a disminuir en esa época.
Sin embargo, la pesca comercial a gran escala no se inició en el lago Tanganika hasta la década de 1950.
Lo recién descubierto por el equipo de Andrew S. Cohen, de la Universidad de Arizona en Estados Unidos, ayuda a esclarecer las razones de que los recursos pesqueros del lago estén menguando.
Se estima que el lago Tanganika produce hasta 200.000 toneladas anuales de pescado, y que proporciona cerca del 60 por ciento de las proteínas animales para la población humana de la región.
Cohen y sus colaboradores reconocen que la sobrepesca es una de las causas de la reducción de capturas. Pero no la única.
El equipo de Cohen averiguó la historia medioambiental del lago, remontándose 1.500 años en el pasado, a base de obtener núcleos de los sedimentos del fondo del lago y analizando la historia biológica y química almacenada en esas capas sedimentarias.
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En los lagos tropicales, los aumentos en la temperatura del agua reducen la mezcla estacional entre la capa superior del lago, bien oxigenada, y la capa rica en nutrientes pero carente de oxígeno del mismo. Menos nutrientes en la capa superior implica menos algas y por tanto menos comida para los peces.
Además, a medida que se calienta un lago tropical, la mezcla no llega tan abajo. Como resultado de ello, la capa superior oxigenada se hace cada vez menos profunda. Durante ese proceso, el área oxigenada del fondo del lago se encoge, reduciendo el hábitat para los animales que viven en el fondo, como los moluscos y los crustáceos.
Basándose en registros instrumentales del oxígeno en el agua del lago, los científicos han calculado que desde 1946 la cantidad de hábitat oxigenado en el fondo del lago se ha reducido en un 38 por ciento.



