Arqueología
Crianza prehispánica de conejos y liebres en México
Los humanos que vivían en la ciudad mexicana prehispánica de Teotihuacán pudieron criar conejos y liebres para alimentarse de su carne, para usar sus pieles y para fabricar herramientas con sus huesos, según los resultados de una nueva investigación.
Desde el amanecer de la ganadería, las relaciones entre humanos y animales han implicado a menudo la cría de herbívoros y han sido esenciales para el desarrollo de sociedades humanas complejas por todo el globo. Sin embargo, en Mesoamérica estaban disponibles menos mamíferos grandes adecuados para crianza en granjas. El equipo de Andrew Somerville, de la Universidad de California en San Diego, Estados Unidos, buscó evidencias de cría de pequeños animales en la ciudad prehispánica de Teotihuacán, que existió como tal en el nordeste de la actual Ciudad de México. Los autores realizaron análisis de isótopos de oxígeno y carbono estables sobre 134 restos óseos distintos de conejo y liebre procedentes de la antigua ciudad, y sobre 13 especímenes silvestres modernos del centro de México, a fin de averiguar la dieta de los animales en vida y comparar las dietas y la ecología de unos con las de los otros.
En comparación con los especímenes silvestres modernos, los autores del estudio encontraron que los conejos y las liebres de Teotihuacán tenían valores de los isótopos de carbono que indicaban niveles más altos de cultivos agrícolas humanos en su dieta, como maíz. Los especímenes con la mayor diferencia en los valores de los isótopos procedían de un complejo en Teotihuacán que contenía señales de descuartizamiento animal y una escultura de un conejo.
Si bien los conejos y liebres antiguas incluidos en este estudio podrían haber consumido algunos de los cultivos mediante su entrada espontánea y furtiva en los campos, y también existe la posibilidad de que se alimentasen de variedades silvestres de los mismos, hay indicios bastante firmes de que los residentes de Teotihuacán criaron conejos y liebres para consumir su carne, para cubrirse con sus pieles o para fabricar herramientas con sus huesos.
Dado que en el México prehispánico no estaban disponibles para su domesticación mamíferos grandes, como cabras, vacas o caballos, muchos eruditos han venido asumiendo que esos nativos americanos tenían una actividad ganadera menos intensa que la de las sociedades de Europa, Asia y África, pero los resultados de la nueva investigación sugieren que los ciudadanos de la antigua ciudad de Teotihuacán sí tuvieron una ganadería intensa, aunque con animales más pequeños y diferentes, y que esta ganadería americana pudo ser tan importante como la centrada en animales grandes que se practicaba en los continentes del Viejo Mundo.
Los resultados del estudio se han hecho públicos a través de la revista académica PLoS ONE. La referencia del trabajo es la siguiente: Somerville AD, Sugiyama N, Manzanilla LR, Schoeninger MJ (2016) Animal Management at the Ancient Metropolis of Teotihuacan, Mexico: Stable Isotope Analysis of Leporid (Cottontail and Jackrabbit) Bone Mineral. PLoS ONE 11(8): e0159982. doi:10.1371/journal.pone.0159982