Medicina
Dos vías separadas en el síndrome del intestino irritable: del intestino al cerebro y del cerebro al intestino
Una nueva investigación indica que en pacientes con síndrome del intestino irritable existe una clara vía de propagación de efectos que va del cerebro al intestino, en la cual empiezan primero los síntomas psicológicos, y otra vía del todo distinta que va del intestino al cerebro, en la cual empiezan primero los síntomas intestinales.
En el estudio, unos niveles más altos de ansiedad y depresión resultaron ser predictores consistentes de que la persona acabaría desarrollando síndrome del intestino irritable en el plazo de un año.
Por su parte, las personas que no tenían niveles elevados de ansiedad y depresión en el comienzo del estudio pero padecían síndrome del intestino irritable o indigestiones, sufrieron niveles notablemente más altos de ansiedad y depresión transcurrido un año.
El equipo de Nicholas Talley calculó que en la tercera parte de los individuos, un trastorno del estado de ánimo precede al trastorno gastrointestinal, pero que en dos terceras partes de ellos, este último antecede al trastorno emocional.
Los autores del estudio creen que estos resultados son realmente un gran avance en la conceptualización del síndrome del intestino irritable. Los datos indican que algunos pacientes con síndrome del intestino irritable tienen una enfermedad primara en el intestino que podría no solo explicar sus síntomas en él sino también sus afecciones psicológicas. Como tratar el intestino es mucho más fácil que tratar el cerebro, hacer lo primero podría permitir no solo aliviar el dolor intestinal sino también la ansiedad y la depresión que surgen de las afecciones intestinales, tal como razona Talley.