Ingeniería
La mera presencia de paneles solares ya ayuda a refrigerar un edificio
Aparte de generar electricidad que puede usarse para aparatos de aire acondicionado, los paneles solares, de por sí, también reducen el calor de un edificio al actuar de un modo comparable al de los toldos.
El equipo de Jan Kleissl y Anthony Dominguez, de la Universidad de California en San Diego, ha realizado mediciones pioneras de las disminuciones de temperatura resultantes de la mera presencia de paneles solares fotovoltaicos.
Usando imágenes térmicas, los investigadores han determinado que durante el día, el techo de un edificio es unos 3 grados centígrados más fresco bajo los paneles solares que teniendo descubierto el tejado.
Los paneles en esencia actúan dando sombra a los tejados. Los rayos del Sol, en vez de incidir sobre el tejado, provocando que el calor penetre hacia dentro del edificio, inciden sobre los paneles fotovoltaicos. Luego, gran parte del calor se dispersa por el aire que circula entre los paneles y el tejado. Los beneficios son aún mayores si hay un espacio abierto por donde el aire pueda circular con facilidad entre el edificio y los paneles solares, así que los paneles inclinados proporcionan un mayor enfriamiento. Además, cuanto más eficientes sean los paneles solares, mayor será el efecto refrigerante. En los edificios que los investigadores analizaron, los paneles redujeron la cantidad de calor que llegaba al tejado en un 38 por ciento.![[Img #4063]](upload/img/periodico/img_4063.jpg)
Aunque las mediciones se realizaron durante un período limitado de tiempo, los autores del estudio creen que podrán extrapolar sus resultados para predecir los efectos refrigerantes de cada estación del año. Esto último es importante, porque aunque es bueno el efecto refrigerante de los paneles en naciones y épocas calurosas, podría ser perjudicial en las frías, donde los paneles dificultarían que el Sol calentara el edificio. Los análisis indican, sin embargo, que durante la noche los paneles solares retienen en el interior el calor que han acumulado a lo largo del día. El efecto varía dependiendo de las condiciones climáticas de cada lugar. Por ejemplo, para una zona como la ciudad de San Diego y alrededores, en California, los dos efectos básicamente se contrarrestan entre sí.



