Medicina
Material sintético para revitalizar cuerdas vocales dañadas
En 1997, la actriz y cantante Julie Andrews perdió su voz de cantante después de una cirugía para extirpar tejido dañado de sus cuerdas vocales. Ella acudió a Steven Zeitels, profesor de cirugía de laringe en la Escuela de Medicina de Harvard, para que la ayudara.
Zeitels ya estaba empezando a desarrollar un nuevo tipo de material que dentro de no mucho tiempo podría ser implantado en cuerdas vocales con cicatrices para restaurar su funcionamiento normal. En 2002, reclutó para su proyecto a Robert Langer, experto en desarrollo de polímeros para aplicaciones biomédicas, del MIT.
El equipo dirigido por Langer y Zeitels, y que incluye a Sandeep Karajanagi, ha culminado finalmente el desarrollo de un gel hecho de polímero. El gel, que imita los rasgos fundamentales de las cuerdas vocales humanas, podría ayudar a millones de personas con afecciones en la voz, no sólo a cantantes como Andrews y Steven Tyler, otro paciente de Zeitels.
Cerca de un 6 por ciento de la población en países como Estados Unidos tiene algún tipo de afección en la voz, y en la mayoría de los casos hay cicatrices en las cuerdas vocales.
Otras personas que podrían beneficiarse son aquellas cuya voz está afectada por el uso excesivo, como los maestros de escuela.
El equipo optó por polietileno glicol (PEG) como material de partida, en parte debido a que ya se usa en muchos dispositivos médicos y fármacos aprobados por la FDA (Administración estadounidense de Alimentos y Fármacos).
Al alterar la estructura y los enlaces de las moléculas de PEG, los investigadores pueden controlar la viscoelasticidad del material. En este caso, querían crear una sustancia con la misma viscoelasticidad que las cuerdas vocales de una persona. La viscoelasticidad es fundamental para la producción de voz, ya que permite que las cuerdas vocales vibren cuando se expulsa aire mediante los pulmones.
Para usarlo en las cuerdas vocales, los investigadores crearon y revisaron diversas variedades de PEG y seleccionaron una con la viscoelasticidad apropiada, a la que llamaron PEG30. En las pruebas de laboratorio, el equipo de investigación demostró que la vibración provocada por la corriente de aire en un modelo de cuerdas vocales de PEG30 es muy similar a la observada en las cuerdas vocales humanas auténticas. Las pruebas también indican que el PEG30 puede restaurar la vibración de cuerdas vocales rígidas que no vibran, como las existentes en pacientes humanos con cicatrices en ellas.
Bajo las directrices de la FDA, el gel deberá ser clasificado como dispositivo médico inyectable, más que como un fármaco. Si se aprueba su uso en seres humanos, es probable que el gel tenga que ser inyectado al menos una vez cada seis meses, ya que con el tiempo se descompone.
Los investigadores esperan realizar un ensayo con una decena de pacientes humanos el próximo año.


