Psicología
Midiendo la influencia del género sobre la mente del individuo
Mujeres y hombres a menudo muestran diferencias marcadas en cuanto a las enfermedades mentales. Para aprender más sobre este fenómeno, se ha investigado cómo influye en el cerebro la terapia hormonal del sexo opuesto aplicada a los individuos transgénero.
Para poder explorar los factores biológicos en las enfermedades mentales, como los trastornos de depresión o ansiedad, el equipo de Rupert Lanzenberger, de la Universidad Médica de Viena (MedUni Wien), en Austria, ha investigado el impacto de las hormonas sexuales sobre el cerebro, obteniendo nuevas y notables informaciones. Él y sus colegas han demostrado que la identidad de género se refleja en el cerebro, incluyendo en los de personas transgénero.
Usando tomografía por resonancia magnética, los investigadores examinaron tanto a sujetos transexuales como a otros que no lo eran para observar qué pasa en el cerebro cuando se administran las hormonas del sexo contrario durante un periodo de tiempo prolongado, para alcanzar los niveles hormonales en sangre del sexo opuesto.
Lanzenberger y sus colegas han comprobado la existencia de un efecto de las hormonas sobre el procesamiento del lenguaje, sobre funciones como el comportamiento de toma de riesgos, la cognición espacial y la conducta impulsiva, así como sobre las conexiones cerebrales, de un modo que tendía a aproximarse hacia los patrones típicos de las personas del sexo opuesto.
Los escaneos cerebrales, vistos desde tres niveles, muestran algunos de los efectos de la terapia hormonal en personas transgénero (femenino a masculino). La caída en la hormona estradiol se correlaciona con la disminución de la materia blanca en las regiones del tronco encefálico y el mesencéfalo (marcas rojo-amarillas). Las redes de materia blanca están marcadas en verde. (Foto: Rupert Lanzenberger)
Fue también muy interesante que los escáneres mostraran que, con anterioridad al tratamiento hormonal, la estructura del cerebro de las personas transgénero exhibía niveles que caían en el término medio entre los dos sexos.
Así pues, la identidad de género no es solo un fenómeno psicológico, sino que puede ser determinada biológicamente.