Microbiología
Bacteria farmacorresistente que despliega señuelos para eludir el ataque de un antibiótico
La bacteria Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM, o MRSA por sus siglas en inglés) es responsable de miles de muertes en todo el mundo cada año. Sin embargo, dado que este microbio es resistente a muchos antibióticos diferentes, las opciones de tratamiento son limitadas y a menudo poco efectivas.
Uno de los pocos antibióticos que pueden ser usados con la MRSA es un fármaco de último recurso conocido como daptomicina. No obstante, cerca de un tercio de las infecciones por MRSA no son curadas por este fármaco, dejando a los pacientes con un mal pronóstico.
Hasta ahora, los científicos no sabían cómo lograba la MRSA sobrevivir al tratamiento con daptomicina.
En un nuevo estudio, llevado a cabo por el equipo del Dr. Andrew Edwards, del Imperial College de Londres en el Reino Unido, se ha descubierto que la MRSA libera moléculas señuelo que le permiten eludir un ataque mortífero del antibiótico.
Los señuelos están hechos del mismo tipo de grasa que da forma a la capa externa de las células de MRSA. El antibiótico normalmente se adhiere a esta capa de grasa, antes de perforar la cubierta exterior y matar la bacteria.
Sin embargo, cuando la MRSA libera estas moléculas señuelo de grasa, el antibiótico se adhiere a ellas en vez de a la bacteria, y su ataque cesa.
Una bacteria MRSA libera señuelos para eludir el ataque de un antibiótico. (Imagen: Imperial College London)
Estas moléculas de grasa actúan de una forma similar a las bengalas señuelo que se lanzan desde los cazas militares para evitar un misil. El antibiótico equivale al misil y las moléculas de grasa a las bengalas señuelo. Es la primera vez que se ha visto este sistema en la MRSA.
Usando células bacterianas en el laboratorio y mediante experimentos con ratones, los científicos descubrieron que solo algunas bacterias MRSA pueden usar este sistema de señuelos. El equipo cree que ello explica por qué alrededor del 30 por ciento de las infecciones por MRSA no son curadas por el antibiótico daptomicina.
En estas infecciones resistentes, las bacterias MRSA desactivan el sistema de comunicaciones que usan normalmente para “hablar” entre sí. Esta vía de comunicación permite a las bacterias realizar un ataque basado en liberar toxinas que dañan las células humanas. No obstante, este sistema también parece interferir en la producción de señuelos.
Los hallazgos hechos en esta investigación pueden conducir al desarrollo de nuevas estrategias para derrotar a esta superbacteria.