Biología
Diferencias inmunitarias entre poblaciones humanas de distinta procedencia geográfica
Hace mucho que está claro que las personas oriundas de diferentes partes del mundo difieren en su susceptibilidad ante el desarrollo de ciertas infecciones así como de enfermedades autoinmunes y de inflamación crónica. Ahora, dos estudios muestran que esas diferencias en la susceptibilidad ante las enfermedades pueden localizarse en gran parte en diferencias a nivel genético de la forma en que se constituyeron los sistemas inmunitarios de las personas con ascendencia europea y las de ascendencia africana.
Los investigadores también han encontrado que las diferencias entre poblaciones han sido favorecidas por la selección natural con el paso del tiempo porque confirieron ventajas a las personas que afrontaban retos de salud distintos en los lugares donde vivían. Como resultado de ello, según los últimos hallazgos, las personas con ascendencia africana muestran en general respuestas inmunitarias más fuertes que las de ascendencia europea.
El descubrimiento sugiere que la selección natural ha favorecido en las poblaciones europeas una respuesta inmunitaria reducida desde que nuestros antepasados salieron de África. Un hecho llamativo es que los sistemas inmunitarios de los europeos fueron parcialmente conformados mediante la introducción de nuevas variantes genéticas a través del mestizaje entre humanos anatómicamente modernos y neandertales.
Los hallazgos hechos por el equipo internacional de Lluis Quintana-Murci del Instituto Pasteur de París en Francia y el Centro Nacional francés de Investigación Científica (CNRS), a cargo de uno de los dos estudios, y por el de Luis Barreiro de la Universidad de Montreal en Canadá, a cargo del otro estudio, muestran que las diferencias en la población en cuanto a las respuestas transcripcionales a la activación inmunitaria se hallan extendidas ampliamente, y que se deben principalmente a las variantes genéticas que difieren en sus frecuencias entre poblaciones humanas.
La nueva investigación indica, entre otras cosas, que las diferencias inmunitarias entre poblaciones humanas de distinta procedencia geográfica se corresponden con el grado de influencia ancestral genética de los neandertales. (Imagen: Amazings / NCYT / JMC)
Quintana-Murci y sus colegas usaron secuenciación de ARN para caracterizar la forma en que ciertas células inmunitarias, conocidas como monocitos primarios, derivadas de 200 personas de autodeclarada ascendencia africana o europea, responderían al ataque de una bacteria o un virus. Los investigadores detectaron muchas diferencias en la actividad de genes particulares en esas células inmunitarias, tanto dentro de una misma población como entre poblaciones. También descubrieron que los cambios en un solo gen que codifica para un importante receptor inmunitario llevaron a una menor inflamación solo en europeos.
Los investigadores hallaron fuertes evidencias de selección natural sobre genes que controlan la respuesta inmunitaria. Las nuevas evidencias también muestran que los europeos “tomaron prestadas” algunas variantes reguladoras esenciales de los neandertales, lo que afectó en particular a la forma en que sus sistemas inmunitarios responden a las amenazas víricas.
Barreiro y sus colegas adoptaron una metodología similar para poner a prueba los efectos de la ascendencia africana respecto a la europea en los cambios en la actividad de las células inmunitarias. Su grupo se centró en otro de tipo de células inmunitarias, las conocidas como macrófagos primarios, y en su respuesta a patógenos bacterianos vivos.