Neurología
Seguimiento de la restauración de la comunicación en una paciente en estado de mínima consciencia
Un mujer con graves daños cerebrales, que recuperó su capacidad de comunicarse usando su ojo izquierdo para expresar señales del tipo "Sí o No", experimentó una restauración significativa de conexiones y funcionalidad de las áreas de su cerebro responsables de producir lenguaje y de reaccionar al habla humana, según los resultados finales de una larga investigación realizada en la Escuela Médica Weill Cornell, dependiente de la Universidad Cornell en Estados Unidos.
Durante los primeros 21 meses tras los ataques de apoplejía sufridos por Margaret Worthen, la mayoría de los médicos diagnosticaron que se encontraba en un estado prácticamente vegetativo, incapaz de hablar e inconsciente de ella y de su entorno. Entonces, durante su primera visita con el equipo del Dr. Nicholas D. Schiff, se detectó que poseía la capacidad de mirar hacia abajo con su ojo izquierdo a voluntad, como reacción a las peticiones que se le hacían. Dicha capacidad fue inicialmente intermitente, pero en el transcurso de un año, Worthen, desarrolló un sistema de comunicación unidireccional. Podía responder a preguntas con un sí o un no, y lo hacía correctamente; por ejemplo, “¿Te llamas Margaret?”, o “¿Se llama Michael tu padre?”. Daba sus respuestas mediante el movimiento hacia arriba o hacia debajo de su ojo izquierdo, aunque carecía de un método de plantear preguntas o de la capacidad para utilizar una conexión cerebro-ordenador.
El estudio comenzó 21 meses después de que Margaret Worthen sufriera varios ataques masivos de apoplejía. Se hizo durante casi tres años un seguimiento de su recuperación. Por desgracia, Margaret falleció debido a complicaciones con una neumonía, en 2015.
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Margaret Worthen, en estado de mínima consciencia, acompañada por su madre. (Foto: Nancy Worthen)
La investigación constituye la primera vez que unos científicos han presenciado la recuperación de la comunicación de un paciente en estado de mínima consciencia, mediante la medición de aspectos de la estructura y la función cerebrales antes y después de que se reanudara la comunicación. También plantea la pregunta de si otros pacientes en instalaciones de cuidados crónicos que parecen carecer de capacidad de reacción o tenerla muy mermada, podrían albergar una función cerebral organizada y de mayor nivel.
Desde el comienzo del intento de Margaret por comunicarse, y durante el transcurso del estudio, el equipo de Schiff y Daniel Thengone consiguió mostrar la reorganización de las áreas de su cerebro responsables del lenguaje.
Todas las mediciones coincidieron en señalar, con el paso de los años y en múltiples momentos, un proceso biológico de recuperación en marcha.



