Psiquiatría
Creer equivocadamente que alguien con quien se convive ha sido sustituido por un doble
Una investigación ha permitido detectar regiones del cerebro implicadas en los síndromes de identificación errónea delirante.
Estos síndromes se hallan entre los más sorprendentes y menos comprendidos trastornos neurológicos y psiquiátricos. Documentado por vez primera hace casi un siglo, el síndrome de Capgras es un trastorno raro en el que los pacientes reconocen a un miembro de la familia pero sienten al mismo tiempo a esa persona como desconocida, una combinación que forja en ellos la idea de que se trata de un impostor que está suplantando al ser querido. En cambio, el síndrome de Fregoli consiste en la creencia de que los desconocidos son en realidad seres queridos disfrazados. Los síndromes de identificación errónea delirante pueden también sufrirse en referencia a mascotas y a lugares.
Unos neurocientíficos han cartografiado las lesiones cerebrales que provocan estos síndromes, un grupo de trastornos raros que deja a los pacientes convencidos de que personas y/o lugares no son lo que parecen.
El equipo de los doctores Michael D. Fox y R. Ryan Darby, del centro médico BIDMC (dependiente de la Escuela Médica de la Universidad Harvard), en la ciudad estadounidense de Boston, ha descrito por vez primera la neuroanatomía subyacente en estos síndromes.
Cómo el cerebro genera síntomas complejos como los mencionados ha sido un misterio desde hace mucho tiempo. Fox y sus colegas han mostrado ahora cómo pueden surgir tales síntomas a partir de alteraciones en la conectividad cerebral. Con una lesión exactamente en el sitio exacto adecuado, puede producirse una alteración que afecta al funcionamiento simultáneo de la región que identifica como tales a nuestros familiares y otra región que decide si lo observado es real o no. Por ejemplo, la alteración puede generar una contradicción (reconocer a un familiar pero al mismo tiempo "saber" que no es él de verdad) que desemboca en la citada creencia de que el familiar auténtico ha sido reemplazado por un doble que se hace pasar por él. Entender de dónde proceden estos síntomas es un paso adelante importante en el camino hacia la creación de un tratamiento más eficaz para devolver al paciente a un estado de percepción normal.
En los síndromes de identificación errónea delirante, un hombre puede, por ejemplo, creer que su esposa no es quien parece, sino una doble que se hace pasar por ella. (Imagen: Amazings / NCYT / JMC)
“El impacto en la familia de un paciente puede ser desgarrador”, explica Darby. “He visto pacientes que, pensando que su vivienda era una réplica, hacían las maletas cada noche, esperando regresar a su 'verdadero' hogar". Otro caso que sobrecogió a Darby fue el de un hombre convencido de que su esposa era una impostora que se hacía pasar por ella. En casos como este, la relación de pareja puede deteriorarse mucho, al menos por parte del enfermo, que pasa a rechazar sistemáticamente a su cónyuge.
Fox y sus colegas identificaron 17 lesiones de pacientes con este tipo de síndromes y las situaron sobre un atlas cerebral estándar. Después, usando una innovadora técnica de cartografiado de redes con conexiones afectadas por lesiones, Darby y sus colegas determinaron que las 17 lesiones estaban funcionalmente conectadas a un área del cerebro llamada corteza retrosplenial, que interviene en el reconocimiento de personas con las que convivimos o con las que tenemos mucha relación. Dieciséis de las 17 lesiones estaban también conectadas a una región en la corteza frontal ventral derecha, asociada con la evaluación de creencias. Los científicos compararon los datos con 15 lesiones cerebrales distintas a esas 17 y que provocaban delirios distintos de los causados por los síndromes de identificación errónea delirante. La comparación respaldó las conclusiones iniciales.