El Bosón de Higgs es una partícula teórica, a veces llamada "Partícula Divina" porque, si se verifica que existe y se logra examinarla, eso puede hacer aumentar de manera enorme el conocimiento sobre cómo se formó el universo, cómo funciona, y cómo apareció la masa.
El trabajo realizado en dos instalaciones de experimentación y detección (ATLAS y CMS) en el LHC, el acelerador de partículas más grande y potente del mundo, ubicado en el laboratorio CERN, cerca de Ginebra, Suiza, ha permitido excluir con un 95 por ciento de certidumbre la existencia de un Bosón de Higgs en la mayor parte de la región de masa entre 145 y 466 GeV.
"Cada vez que añadimos nuevos datos a nuestros análisis, nos acercamos más a donde puede estar escondiéndose el Bosón de Higgs", explica Darin Acosta, de la Universidad de Florida, miembro del equipo internacional de científicos del CMS.
Más de 1.700 especialistas de Estados Unidos colaboran en los experimentos en el LHC, la mayor parte de ellos en el CMS y el ATLAS.
El Laboratorio Nacional de Brookhaven canaliza la participación estadounidense en el ATLAS, y el Laboratorio del Acelerador Nacional Fermi canaliza la participación estadounidense en el CMS.
Usando el LHC, los físicos esperan encontrar tarde o temprano el Bosón de Higgs, así como evidencias de otros fenómenos físicos enigmáticos como la supersimetría, y dimensiones extra del espacio.