Climatología
El calentamiento del mar contrarrestará el aumento de productividad alimentaria derivado del incremento de CO2
Unos investigadores han construido una red alimentaria marina para mostrar cómo el cambio climático podría afectar a nuestros futuros suministros de pescado y a la biodiversidad marina.
Los resultados obtenidos por el equipo de Ivan Nagelkerken y Silvan Goldenberg, de la Universidad de Adelaida en Australia, indican que el aumento del dióxido de carbono (CO2) pronosticado para finales del siglo y que conlleva una acidificación del mar, impulsará la producción a diferentes niveles de la red alimentaria, pero el calentamiento oceánico cancelará este beneficio al causar estrés térmico a los animales marinos, evitando que puedan usar los recursos adicionales de forma eficiente para su propio crecimiento y desarrollo. El resultado del experimento es una red alimentaria que se desmorona.
Los investigadores construyeron redes alimentarias marinas basadas en plantas que usan la luz solar y nutrientes para crecer (algas), pequeños invertebrados que se alimentan de las plantas (como los camarones), y peces que a su vez lo hacen de los pequeños invertebrados. Prepararon 12 grandes acuarios con diferentes especies para simular hábitats de praderas marinas, arenas abiertas y arrecifes rocosos, simulando movimientos de marea con corrientes circulares.
Las redes alimentarias fueron expuestas a los niveles de acidificación oceánica y calentamiento que se predicen para finales de este siglo. A lo largo de varios meses, los investigadores evaluaron los procesos básicos representados que operan en las redes alimentarias, como la depredación y el crecimiento de organismos.
El mar debe retener la cantidad justa de calor para que las redes alimentarias funcionen debidamente. Si el mar se calienta demasiado, los ecosistemas se destruyen. (Foto: John Bortniak, NOAA Corps)
Las concentraciones de dióxido de carbono más altas impulsaron el crecimiento de las plantas; más comida vegetal significó más invertebrados pequeños, y ello, a su vez, hizo que los peces crecieran más rápido. Sin embargo, el calentamiento de las aguas canceló el beneficio proporcionado por una mayor cantidad de CO2 al causar estrés térmico en los animales, haciéndoles menos eficientes a la hora de consumir alimento y evitando que la energía extra producida por las plantas viajara a través de la red alimentaria hasta los peces. Al mismo tiempo, estos últimos tenían cada vez más hambre con las temperaturas más altas, y empezaron a diezmar a sus presas, los invertebrados pequeños, volviendo insostenible la red alimentaria, que acabó desmoronándose.