Medicina
¿Podría la enfermedad de Parkinson empezar en el intestino?
El Mal de Parkinson podría iniciarse en el intestino y extenderse hacia el cerebro a través del nervio vago, según la conclusión a la que se ha llegado en un nuevo estudio. Este nervio se extiende desde el tallo encefálico hasta el abdomen y controla los procesos corporales inconscientes, como el ritmo cardiaco y la digestión de alimentos.
En el estudio preliminar se examinó a personas a las que les habían extirpado el tronco principal, o ramas, del nervio vago. La cirugía, llamada vagotomía, se utiliza para personas con ciertas úlceras difíciles. Los investigadores se valieron de registros nacionales en Suecia para comparar 9.430 personas que habían sufrido una vagotomía a lo largo de un periodo de 40 años con 377.200 personas de la población general. Durante ese tiempo, 101 personas de las 9.430 a las que se les practicó la vagotomía desarrollaron el Mal de Parkinson. Esta cifra es el 1,07 por ciento. La enfermedad también la desarrollaron 4.829 personas de entre las 377.200 de la población general, o sea el 1,28 por ciento. La diferencia no era significativa.
Pero cuando el equipo de Bojing Liu, del Instituto Karolinska en Estocolmo, Suecia, analizó los resultados para los dos tipos diferentes de vagotomía, se halló que las personas que sufrieron vagotomía troncal al menos cinco años antes tenían una probabilidad claramente inferior de desarrollar el Mal de Parkinson que aquellos que no la habían sufrido y que había sido objeto de un seguimiento durante al menos cinco años. En la vagotomía troncal, el tronco nervioso es cortado del todo. En la vagotomía selectiva, solo se extirpan algunas ramas del nervio.
Después de practicar ajustes en relación a afecciones como la diabetes, la artritis, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y otras, los investigadores encontraron que las personas que habían sufrido vagotomía troncal al menos cinco años antes tenían una probabilidad un 40 por ciento inferior de desarrollar el Mal de Parkinson que aquellos que no habían sido operados y que habían sido objeto de seguimiento durante al menos cinco años.
Estos resultados proporcionan pruebas preliminares de que el Mal de Parkinson podría comenzar en el intestino.
