Ingeniería
Los automóviles autoconducidos pueden mejorar mucho el flujo del tráfico aunque sean pocos
La presencia de apenas unos pocos vehículos autónomos en carreteras muy transitadas puede evitarles a los conductores humanos tener que conducir con constantes paradas y arranques, un tipo de conducción al que se ven forzados a menudo cuando el tráfico es denso. Librarse de tener que conducir así acarrea también una reducción en el riesgo de accidente así como evitar el ineficiente consumo de combustible derivado de ese tipo de conducción con constantes paradas y arranques. Estas son las conclusiones a las que se ha llegado en una nueva investigación.
Los resultados obtenidos en los experimentos de este estudio indican que los coches autoconducidos y la tecnología relacionada podrían estar incluso más cerca de revolucionar el control del tráfico que lo que se pensaba anteriormente.
Los experimentos llevados a cabo por el equipo de Daniel B. Work, de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, Estados Unidos, muestran que con apenas un 5 por ciento de vehículos que sean automáticos y que estén controlados con los criterios idóneos, se pueden eliminar las oleadas de paradas y arranques ocasionadas por ese comportamiento humano de conducción.
En opinión de Work, el uso de vehículos autónomos para regular el flujo del tráfico es la próxima innovación en la ciencia del control y la vigilancia del tráfico, que avanza rápidamente.
Ensayos experimentales con coches autónomos y conducidos por humanos. (Foto: John de Dios)
El equipo llevó a cabo experimentos de campo en Tucson, Arizona, en los cuales un único vehículo autónomo dio vueltas de forma continua por una pista con al menos otros 20 coches, conducidos por humanos. Bajo circunstancias normales, los conductores humanos crean de manera natural oleadas de paradas y arranques, incluso en ausencia de cuellos de botella, cambios de carril, uniones de carriles y otras alteraciones. Este fenómeno de tráfico se denomina “embotellamiento fantasma”.
Los autores del nuevo estudio hallaron que controlando del modo idóneo la velocidad del coche autónomo, se suavizaba el flujo del tráfico para todos los automóviles. Queda pues demostrado de modo experimental, por vez primera, que incluso un pequeño porcentaje de tales vehículos puede tener una influencia positiva notable en la carretera, eliminado las colas y reduciendo el consumo total de combustible en hasta un 40 por ciento. Además, este objetivo se puede alcanzar mediante estrategias de control conceptualmente simples y fáciles de poner en práctica.