ZoologÃa
Investigadores difunden un censo de mamÃferos en bosques inmersos en cañamelares
Investigadores de la Universidade Estadual Paulista (Unesp), en São Paulo, Brasil, publicaron un censo de mamÃferos de mediano y gran porte hallados en 22 fragmentos forestales circundados por monocultivos de caña de azúcar en São Paulo. La conclusión del estudio es "sorprendentemente positiva", según Mauro Galetti, docente del Departamento de EcologÃa del Instituto de Biociencias de dicha institución, con sede en la localidad de Rio Claro.
"Encontramos alrededor de un 90% de todas las especies de mamÃferos que es esperable hallar en el estado de São Paulo. En esos fragmentos aún existen jaguares (panthera onca), osos hormigueros gigantes (Myrmecophaga tridactyla), tapires (Tapirus terrestris) y pecarÃes barbiblancos (Tayassu pecari), es decir, no hay registro de extinción regional de especies. Sólo no hallamos algunas sumamente raras, como el tatú carreta o armadillo gigante (Priodontes maximus)", dijo Galetti.
Esta investigación, cuyos resultados salieron publicados en la revista Biological Conservation, se realizó con el apoyo de la FAPESP.
Sin embargo, no todas son buenas noticias. Según informan los autores del artÃculo, en los fragmentos forestales pequeños se hallan entre un 20% y un 50% de las especies esperables para el estado. Esto quiere decir que, en algunos casos, hasta un 80% de las especies se han extinguido localmente.
"Observamos que cuanto mayor es el área forestal remanente, más animales raros viven allÃ. Encontramos incluso un registro único del perro venadero (Speothos venaticus), algo no esperable en esos ambientes circundados por cañamelares", afirmó Gabrielle Beca, primera autora del estudio.
En tanto, en los fragmentos menores, añadió la investigadora, quedan solamente las especies más generalistas, como la comadreja (Didelphis albiventris) o el armadillo de nueve bandas o tatú negro (Dasypus novemcimtus), que logran adaptarse a ambientes conturbados porque no necesitan áreas tan grandes para hallar alimento.
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(Foto: Fundação de Amparo à Pesquisa do Estado de São Paulo)
Los remanentes forestales estudiados se extienden desde la región de Presidente Prudente, en el extremo oeste del estado, hasta São José do Rio Pardo, al este, pasando por zonas situadas al norte, cerca de Araçatuba y de São José do Rio Preto.
"Visitamos esos 22 fragmentos e instalamos en cada uno de ellos, en el medio del monte, trampas fotográficas. Colocamos las máquinas automáticas donde existÃan grandes posibilidades de que los animales pasen: en sitios con agua o cerca de árboles que estaban fructificando", explicó Beca.
Las cámaras fueron retiradas al cabo de un mes y, para complementar el trabajo, se realizó un censo de huellas dejadas en los bordes del bosque. "Existen guÃas que permiten identificar a la especie de acuerdo con el formato de las huellas y el tipo de marca dejada, y también efectuamos avistamientos directos de animales".
En total se identificaron 29 especies de mamÃferos de mediano y gran porte. Aparte de las especies ya mencionadas, se observaron también el cuatà de cola anillada (Nasua nasua), el cabasú grande (Cabassous tatouay), el oso melero (Tamandua tetradactyla), el puercoespÃn arborÃcola (Coendó prehensilis), el carpincho (Hydrochoerus hydrochaeris) y el agutà de Azara (Dasyprocta azarae), entre otros.
"También ha habido muchos registros de animales invasores como los cerdos ferales (Sus scrofa), un hÃbrido de jabalà con cerdo doméstico que se convirtió en plaga en Brasil", comentó Beca.
De acuerdo con una investigación anterior del grupo de Galetti, los cerdos ferales constituyen una amenaza a la salud pública, pues se han convertido en una importante fuente de alimento de los vampiros comunes (Desmodus rotundus), lo que lleva a un aumento de la población de estos animales transmisores del virus de la rabia. Asimismo, según Beca, generan impactos sobre la agricultura y compiten con otras especies de mamÃferos, tales como el pecarà de collar (Pecari tajacu) y el pecarà barbiblanco.
"Otro registro problemático fue el de perros domésticos (Canis lupus familiaris), que son predadores de muchas especies silvestres", comentó Beca.
A juicio de Galetti, los resultados de este censo indican que aún hay posibilidades de preservar buena parte de la fauna de mamÃferos del estado de São Paulo si se crean los corredores ecológicos destinados a conectar los diversos fragmentos forestales.
"En este momento, no es necesario reintroducir animales que se han extinguido, sino que hay que conectar esos paisajes mediante el plantÃo de corredores forestales, para que los animales puedan encontrarse y sobrevivir. De lo contrario, esa fauna quedará aislada y con el tiempo se extinguirán varias especies", dijo el investigador.
Para Beca, los fragmentos que albergan la mayor cantidad de especies deben tener prioridad en este trabajo. "Especies tales como el tapir y el pecarà barbiblanco prestan un importante servicio ecosistémico, pues son dispersoras de semillas. Debemos observar las áreas donde habitan y, a partir de esos puntos, conectarlos con otros", sostuvo.
"La ley estipula que debe preservarse una área de monte de 30 metros alrededor de los rÃos, por ejemplo. Pero en el general esto no ha sido respetado ni implementado", afirmó Beca.
"Si todos cumplen el Código Forestal y dejan de perseguir a los animales silvestres, habrá una enorme posibilidad de que São Paulo se erija en un ejemplo que alÃe la conservación de la biodiversidad con la producción agrÃcola", comentó Galetti. (Fuente: Fundação de Amparo à Pesquisa do Estado de São Paulo)



