Neurología
La parte del cerebro humano especializada en reconocer animales
Se podría decir que algunas personas sienten la necesidad de acariciar a cualquier perro, gato u otro animal que vean por la calle, mientras que otras se sobresaltan simplemente por ver aparecer en la pantalla a un tiburón o a una serpiente.
Tanto si usted pertenece al primer grupo, como al segundo, como al espacio intermedio entre ambos, su reacción ante los animales se basa en buena medida en una región específica de su cerebro que está preparada para detectar con rapidez criaturas no humanas.
Unos investigadores del Instituto Tecnológico de California (Caltech) y la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) reclutaron a 41 pacientes con epilepsia en el Centro Médico Ronald Reagan de la UCLA. A estos pacientes ya se les monitorizaba en busca de actividad cerebral relacionada con los ataques epilépticos.
Usando electrodos ya colocados, el equipo registró respuestas de neuronas individuales en la amígdala a medida que los participantes en el estudio observaban imágenes de personas, animales, monumentos, u objetos. La amígdala es un conjunto de neuronas ubicado a gran profundidad en el lóbulo temporal del cerebro, y parecido en su forma a la de una almendra. El cerebro posee dos amígdalas, una en cada hemisferio.
El equipo de Florian Mormann y Ralph Adolphs ha constatado que muchas neuronas en la amígdala humana responden preferentemente a imágenes de animales. Por ejemplo, en esas neuronas de los sujetos de estudio se generó mucha más actividad cuando los pacientes miraban gatos o serpientes que cuando miraban edificios o personas.
Esta preferencia se extiende lo mismo a los animales encantadores que a los feos o peligrosos, y parece ser independiente del contenido emocional de las imágenes. Por otra parte, los investigadores han encontrado esta reacción en la amígdala derecha y no en la izquierda.
Esta llamativa asimetría hemisférica respalda las conclusiones de algunos estudios previos, según las cuales en una fase temprana de la evolución de los vertebrados, el hemisferio derecho se especializó en procesar estímulos inesperados y biológicamente relevantes, o relativos a cambios en el entorno. En términos de evolución cerebral, la amígdala es una estructura muy antigua, y a lo largo de nuestra historia biológica, los animales (que para los humanos primitivos podían representar a menudo depredadores o presas), constituían una clase de estímulos de gran relevancia.
Éste es un hallazgo bastante novedoso, ya que la mayor parte de las investigaciones realizadas hasta ahora sobre la amígdala se ha centrado por lo general en las reacciones ante rostros de personas, y en las emociones relacionadas con el miedo, en vez de en las reacciones frente a imágenes de animales.