Zoología
Rastreando la evolución de la inteligencia en los moluscos
Animales aparentemente simples como el caracol y el calamar han aprovechado muy bien su "caja de herramientas genética" durante los últimos 500 millones de años, adquiriendo distintos modos de desarrollar conchas, sistemas nerviosos y cerebros complejos, según las conclusiones a las que ha llegado un equipo internacional de investigadores.
Usando enfoques genómicos y computacionales, los científicos han reconstruido la historia evolutiva del filo entero de los moluscos, que incluye a más de 100.000 especies vivas, que van desde el calamar gigante hasta criaturas marinas microscópicas con forma de gusanos.
Uno de los resultados sorprendentes del estudio, a cargo del equipo de Leonid L. Moroz (Universidad de Florida), sugiere que la formación de un cerebro complejo en los moluscos ha ocurrido de modo independiente al menos cuatro veces en el transcurso de la evolución, un hallazgo que puede ser útil para los científicos especializados en medicina regenerativa que tratan de desarrollar nuevos modos de luchar contra las enfermedades neurodegenerativas.
Tal como dice agudamente Moroz, la naturaleza hizo muchos experimentos para nosotros en los últimos 500 millones de años, usando diferentes herramientas moleculares para desarrollar cerebros complejos.
El pulpo, por ejemplo, es muy inteligente. Puede aprender observando, tiene uno de los cerebros más complicados de entre los de todos los animales sin columna vertebral, y evolucionó de modo completamente independiente a nosotros, usando genes distintos y, en parte, moléculas de señalización neuronal diferentes.
Sorprendentemente, los moluscos cefalópodos, pese a que incluyen al pulpo y al calamar, que por su gran inteligencia son considerados dos equivalentes marinos a los primates de tierra firme, pertenecen a una de las ramas más antiguas de moluscos de su clase, mientras que moluscos más simples como las almejas y las ostras son de una rama más moderna.