Astronomía
Hay muchos más agujeros negros de lo que se creía
Después de llevar a cabo una especie de inventario cósmico para calcular y categorizar agujeros negros de origen estelar, unos astrónomos han concluido que existen probablemente decenas de millones de estos enigmáticos objetos oscuros en la Vía Láctea, muchos más de lo esperado.
El equipo de James Bullock, Manoj Kaplinghat y Oliver Elbert, de la Universidad de California en Irvine, Estados Unidos, estima que puede haber hasta 100 millones de agujeros negros en nuestra galaxia.
El trabajo de confección del "censo" de agujeros negros confeccionado en la Universidad de California en Irvine se inició hace más de un año y medio, poco después de la noticia de que el observatorio LIGO (Laser Interferometer Gravitational-Wave Observatory) había detectado arrugas en el continuo del espacio-tiempo creadas por la lejana colisión de dos agujeros negros.
Se estima que la mayoría de los agujeros negros de origen estelar (que resultan del colapso de estrellas masivas al final de sus vidas) tienen una masa de solo unas pocas veces la de nuestro Sol. Sin embargo, el número de agujeros negros de una masa dada en una galaxia dependerá del tamaño de esta última. Por otra parte, basándose en lo que se sabe acerca de la formación estelar en galaxias de diferentes tipos, se puede inferir cuántos agujeros negros hay en cada galaxia y cuándo se formaron muchos de ellos. Las galaxias grandes son el hogar de estrellas más viejas, y albergan también agujeros negros más antiguos.
De izquierda a derecha, James Bullock, Manoj Kaplinghat y Oliver Elbert. (Foto: Steven Zylius / UCI)
Las galaxias más grandes tienen muchas estrellas ricas en metales, y las galaxias enanas se hallan dominadas por estrellas grandes con baja metalicidad (presencia de elementos más pesados que el helio). Las estrellas ricas en elementos pesados se desprenden de mucha de esa masa a lo largo de sus vidas. Cuando llega el momento para una de ellas de estallar en forma de supernova, no queda mucha materia que pueda prensarse sobre sí misma, lo que resulta en un agujero negro de masa baja. Las estrellas grandes con un contenido bajo de metales no desprenden tanta masa con el paso del tiempo, así que cuando llegan al final de su vida estelar, casi toda esa masa acaba integrando el agujero negro resultante.