Zoología
Cómo los murciélagos filtran los ecos importantes de entre todos los que perciben
Se ha descubierto cómo los murciélagos, de manera experta, emplean la ecolocalización para guiarse con precisión hacia objetivos específicos, tales como presas a las que desean cazar, sin ser distraídos o desviados de su rumbo por los objetos del entorno.
La investigación que ha conducido a este hallazgo la han realizado James Simmons y Mary Bates de la Universidad Brown, en Estados Unidos, junto a investigadores de Georgia, antigua república de la Unión Soviética.
Desde hace mucho tiempo, se sabe que los murciélagos emiten señales de sonar de alta frecuencia, y luego construyen en su mente una imagen virtual tridimensional de su entorno basándose en los ecos que regresan a raíz de la acción del entorno sobre sus chillidos. Pero la nueva investigación muestra cómo los murciélagos interpretan el caos de los ecos retornantes para ser capaces de distinguir su blanco u objetivo principal de entre todo el ruido de fondo.
Cuando un murciélago chilla, espera el eco correspondiente. Entonces confecciona en su mente una "huella dactilar" del sonido emitido y otra de su eco. Si las huellas dactilares de la transmisión concuerdan con precisión con las del eco, entonces el murciélago las procesará y producirá la citada "imagen". En muchos casos, esa imagen será la del objeto de interés para el murciélago.
Pero cuando el segundo armónico es más débil en la huella dactilar del eco, la reacción de las neuronas del murciélago se retrasa en aproximadamente 3 microsegundos. Esa demora momentánea, aunque indetectable para los sentidos humanos, es lo bastante clara para el murciélago como para indicarle que el objeto está presente, pero que no es el que más le interesa.
El murciélago capta el entorno pero, por así decirlo, lo desenfoca, como lo haría una cámara enfocada a un punto específico. De esta manera, el blanco seguido por el murciélago permanece bien definido, es decir perfectamente enfocado.