La memoria de trabajo, ¿la clave para lograr la máxima eficiencia?

¿Qué define a los mejores en una especialidad? En un sentido general, la inteligencia. Pero ¿hay un componente específico de la inteligencia que resulte más decisivo que los demás?

El psicólogo Zach Hambrick de la Universidad Estatal de Michigan cree que la capacidad de memoria de trabajo a veces puede ser el factor que decide entre ser bueno o ser genial.

En esta línea de investigación, el equipo de Hambrick y la psicóloga Elizabeth Meinz, de la Universidad del Sur de Illinois, ha constatado que, en los experimentos realizados, las personas con mayores niveles de capacidad de memoria de trabajo superaron a quienes tenían niveles menores, e incluso a individuos con amplia experiencia y conocimiento de la tarea.

Aunque el conocimiento especializado que se acumula a través de la práctica es el ingrediente más importante para llegar a un nivel muy alto de habilidad, no siempre es suficiente, en opinión de Hambrick.

La capacidad de memoria de trabajo puede predecir la eficiencia en dominios complejos como la música, el ajedrez, la ciencia, e incluso en deportes que tienen un importante componente mental, como es el caso del golf.

La memoria de trabajo es la memoria a corto plazo que empleamos para por ejemplo recordar un número telefónico o una dirección de correo electrónico durante el corto tiempo que necesitamos para teclearlo.


Se trata de la habilidad de manipular y usar la información almacenada brevemente en la mente, lidiando también con los factores de distracción.

Usamos la memoria de trabajo cientos de miles de veces cada día sin notarlo.