Arqueología
Producción sofisticada de cuchillos de sílex mucho antes de lo creído
Durante mucho tiempo, la arqueología ha asociado la fabricación avanzada de hojas de cuchillo y otras herramientas cortantes con el Paleolítico Superior, un periodo que comenzó hace entre 30.000 y 40.000 años aproximadamente, y que está vinculado al auge del Homo Sapiens y al de rasgos culturales como el arte rupestre.
Ahora, unos investigadores han obtenido pruebas de que la producción "moderna" de hojas de herramientas cortantes también fue parte de la cultura amudiense a finales del Paleolítico Inferior, hace entre 200.000 y 400.000 años, como rasgo cultural propio de un grupo de homínidos que vivió en el territorio ocupado actualmente por Israel, Líbano, Siria y Jordania.
El equipo de Avi Gopher, Ran Barkai y Ron Shimelmitz, del Departamento de Arqueología y Civilizaciones Antiguas del Oriente Próximo en la Universidad de Tel Aviv, Israel, ha presentado el hallazgo de una gran cantidad de herramientas cortantes, largas y delgadas, en la Cueva de Qesem, ubicada en las afueras de Tel Aviv. Este descubrimiento desafía la idea de que la producción de hojas de herramientas cortantes está asociada exclusivamente a humanos posteriores.
Las hojas son producto de una "línea de producción" bien planificada. Cada elemento, desde la elección de la materia prima, hasta el propio método de producción, apunta a un sistema de fabricación sofisticado que rivaliza con la tecnología de fabricación de hojas usada cientos de miles de años después.La evidencia sugiere que el proceso comenzaba con la selección cuidadosa de las materias primas. Los homínidos recogían la materia prima del suelo o la extraían del subsuelo, buscando las piezas de sílex que mejor se adaptaran a su tecnología de fabricación de hojas. Con las piezas adecuadas de material, podían usar un método sistemático y eficiente para producir las hojas deseadas; un método en el que propinaban golpes fuertes pero controlados para los cuales se tenía en cuenta la mecánica de la fractura de la piedra. Muchas de las hojas, la mayoría, se fabricaban para que tuvieran un borde afilado y otro lo bastante romo como para que un humano lo pudiera agarrar fácilmente con su mano.
La profesora Cristina Lemorini, de la Universidad La Sapienza de Roma, realizó al microscopio un análisis muy detallado de las marcas presentes en las hojas, y también condujo una serie de experimentos, todo lo cual la ha llevado a deducir que estas herramientas eran usadas principalmente para cortar carne.