Neurología
La arquitectura molecular del cerebro humano difiere menos de lo creído de una persona a otra
A pesar de lo mucho que difiere el código genético entre individuos y entre grupos étnicos, el cerebro humano exhibe una arquitectura molecular notablemente constante, según los resultados de dos estudios en los que se ha conseguido crear bases de datos que revelan cuándo y dónde se activan y desactivan genes en varias regiones del cerebro durante el desarrollo.
Los estudios efectuados por los equipos del Dr. Joel Kleinman del Instituto Nacional estadounidense de Salud Mental (NIMH por sus siglas en inglés), y el Dr. Nenad Sestan, de la Universidad de Yale, también en Estados Unidos, han desvelado muchas cosas interesantes.
Por ejemplo, la expresión rápida de genes durante el desarrollo fetal adquiere abruptamente un ritmo mucho más lento después del nacimiento, que disminuye gradualmente, hasta que por último se estabiliza en la madurez. Este ritmo aumenta otra vez a medida que el cerebro envejece en las últimas décadas, llegando a ser similar al de la infancia y la adolescencia.
Los investigadores han hallado también similitudes reveladoras en los perfiles de expresión de genes que en estudios previos ya fueron asociados a la esquizofrenia y al autismo, y esto puede abrir un camino hacia el descubrimiento de otros genes que puedan estar implicados en esos trastornos.
Se ha verificado asimismo que los mecanismos de transcripción pueden ser responsables de las diferencias de género en el riesgo de padecer ciertos trastornos mentales. Algunos genes con expresión bastante asociada a las diferencias de género ya habían sido asociados con trastornos que afectan más a los varones, como la esquizofrenia, el síndrome de Williams, y el autismo.Se ha constatado además cómo 650.000 variaciones genéticas comunes, que hacen que cada uno de nosotros sea único, pueden influir en la actividad de 24.000 genes en la parte más distintivamente humana de nuestro cerebro a medida que crecemos y luego envejecemos.
Tal como destaca el Dr. Thomas R. Insel, director del NIMH, esta nueva y detallada información sobre la genética cerebral podría ayudar algún día a desvelar cómo ciertos procesos genéticos pueden experimentar anomalías que conduzcan a la esquizofrenia, el autismo y otros trastornos cerebrales.