Paleontología
Una oleada antigua de extinciones de grandes mamíferos fue provocada por humanos primitivos
El Homo sapiens, los neandertales y otros parientes evolutivos humanos recientes comenzaron a cazar especies de mamíferos con gran tamaño corporal al menos 90.000 años antes de lo que se creía previamente, según las conclusiones a las que se ha llegado en un nuevo estudio. Esa caza condujo a la extinción de esas bestias.
Los mamuts lanudos, mucho mayores que los elefantes, los perezosos gigantes (que vivían en el suelo en vez de en los árboles y que eran tan grandes como los elefantes) y varios tipos de tigres dientes de sable formaban una parte destacada de una serie de grandes mamíferos que poblaban amplias regiones de la Tierra hace entre 2,6 millones de años y 12.000 años. Los resultados de anteriores investigaciones sugerían que tales mamíferos grandes empezaron a desaparecer más rápido que sus homólogos de menor tamaño corporal en Australia hace unos 35.000 años.
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Con la ayuda de datos nuevos de registros fósiles y pétreos más antiguos, el equipo de Felisa Smith, de la Universidad de Nuevo México, y Kate Lyons, de la de Nebraska-Lincoln, ambas en Estados Unidos, ha estimado que esta extinción con sesgo de tamaño se inició hace al menos 125.000 años en África. Para entonces, el mamífero africano medio ya era un 50 por ciento menor que aquellos en otros continentes, según el informe, a pesar del hecho de que las masas continentales mayores pueden normalmente sostener mamíferos más grandes.
Pero a medida que los antiguos humanos empezaron a salir de África, comenzaron a producirse otras extinciones de animales propiciadas por un tamaño corporal mayor en regiones y con calendarios que coinciden con patrones conocidos de migración humana. Con el paso del tiempo, el tamaño corporal medio de los mamíferos en esos otros continentes igualó al de los de África y después siguió descendiendo mucho más. Los mamíferos que sobrevivieron durante ese periodo de extinción fueron en general mucho más pequeños que aquellos que se extinguieron.
La magnitud y la escala de esa extinción con sesgo de tamaño superaron a las de cualquier otra registrada durante los 66 millones de años previos, según los resultados del estudio.
Estatua de un mamut de la especie Mammuthus columbi, emplazada en la Universidad de Nebraska-Lincoln. (Foto: Craig Chandler, University of Nebraska-Lincoln)
Además, el equipo de investigación encontró escaso apoyo a la idea de que el cambio climático pudo impulsar las extinciones con sesgo de tamaño durante los últimos 66 millones de años. Mamíferos grandes y pequeños parecieron igualmente vulnerables a los cambios de temperatura a lo largo del periodo.
Si el clima hubiera sido el culpable de las extinciones, cabría esperar encontrarlas divergiendo a veces de los episodios de migración humana por el mundo y coincidiendo siempre con claras alteraciones climáticas. Sin embargo, ninguna de estas dos cosas se aprecia.
Para los humanos primitivos, cazar una gran bestia significaba que toda la tribu podía comer, por lo cual la caza mayor se convirtió en una práctica prioritaria. Si a ello le sumamos que la inteligencia humana sobrepasaba ampliamente a la de cualquier otro animal, entenderemos por qué nuestros antepasados se convirtieron en depredadores más peligrosos que esas propias bestias gigantescas. De hecho, el Ser Humano acabaría ascendiendo con el paso del tiempo a la categoría de Depredador Supremo del planeta.