Ciencia de los Materiales
Nuevo método pasivo e inocuo para impedir la formación de hielo en estructuras artificiales críticas
Desde las alas de aviones a las líneas de alta tensión tendidas entre torres, pasando por las palas gigantes de los aerogeneradores, son muchas las infraestructuras en las cuales una acumulación de hielo puede causar problemas que van desde un rendimiento deficiente hasta un fallo catastrófico. Sin embargo, prevenir esa acumulación necesita normalmente sistemas de calentamiento que gastan mucha energía o aerosoles químicos que son dañinos para el medio ambiente. Ahora, unos investigadores han desarrollado una técnica que impide la formación de hielo pero que además lo logra de un modo completamente pasivo y alimentándose solo de energía solar.
El sistema, obra del equipo de Kripa Varanasi, Susmita Dash y Jolet de Ruiter, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en la ciudad estadounidense de Cambridge, es asombrosamente simple. Se basa en un material de tres capas que puede ser aplicado o incluso rociado sobre las superficies a tratar. Recoge radiación solar, la convierte en calor y propaga este de manera que el deshielo no esté solo confinado a las áreas expuestas directamente a la luz solar. Y, una vez aplicado, no requiere acciones ulteriores ni fuentes adicionales de energía. Puede efectuar este proceso de deshielo incluso de noche, valiéndose de iluminación artificial.

La formación de hielo en estructuras artificiales críticas puede provocar serios problemas. (Foto: MIT)
Los aerosoles habituales para deshacer el hielo en alas de aviones y para otras aplicaciones utilizan glicol de etileno, una sustancia que es poco respetuosa con el medio ambiente. Por otra parte, en el sector aeronáutico no suele gustar el uso de calentamiento activo, debido tanto al coste como por razones de seguridad. El uso de superficies superhidrófobas pare impedir de manera pasiva la formación de hielo tiene el inconveniente de que tales recubrimientos pueden verse perjudicados por la formación de escarcha, que tiende a depositarse en superficies de un modo que invalida las texturas microscópicas que proporcionan a una superficie las propiedades que permiten el desprendimiento del hielo.
El nuevo método desarrollado por Varanasi y sus colegas constituye una interesante alternativa a todas esas opciones.












