Alertan sobre la presencia de hidrozoos peligrosos en costas del Caribe

El contacto directo con estos hidrozoos, de la especie Physalia physalis, puede causar irritación, quemaduras en la piel y fuertes dolores.

La advertencia de la presencia de esos animales, en costas del Caribe costarricenses, la ha hecho el Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (Cimar) de la Universidad de Costa Rica (UCR).

Estos animales, conocidos popularmente con nombres como “fragata portuguesa”, se caracterizan por poseer toxinas en sus tentáculos para defenderse de sus depredadores y atrapar a sus presas. Las sustancias pueden afectar al ser humano y a otros animales si tienen contacto directo con la piel, ya que pueden causar irritación, quemaduras y fuertes dolores en la zona afectada.

Jeffrey Sibaja Cordero, investigador del Cimar, argumenta que “estos animales atrapan a las presas y se defienden de los depredadores por medio de unas células que tiran un arpón ponzoñoso que contienen toxinas. Cuando tales seres tocan la piel de algún otro organismo, se salen esos arpones que inyectan el veneno”.

Las fragatas portuguesas –que deben su nombre a que se les observa en el mar en grupos, al igual que las embarcaciones de exploración– se distribuyen a lo largo del océano Pacífico y del océano Atlántico, y llegan a las costas por el efecto del fuerte oleaje y vientos.

Hidrozoos de la especie Physalia physalis han sido observados en diversas playas del Caribe costarricense, como playa Cocles y playa Chiquita. (Foto: Elena Fernández Monge)

“Andan flotando en el mar, pero si el viento o el oleaje las empuja hacia la playa se van a topar con gente que se está bañando y los animales no van a saber contra qué están chocando y reaccionan tirando estas toxinas como mecanismo de defensa”, explicó Sibaja.

Estos animales son invertebrados, y están relacionados con las medusas y los corales. Destacan por sus colores azul y púrpura.

“Cada fragata es una colonia de varios individuos que viven juntos flotando en el mar, cada uno cumple una función biológica específica; son gelatinosos y se alimentan de peces pequeños y de otros invertebrados como crustáceos”, añadió.

La principal recomendación del experto es no acercarse o tocar al animal, tanto si está vivo como si está muerto, así como acudir al centro médico más cercano si hubo contacto directo con la piel. (Fuente: UCR / DICYT)