Climatología
Retirar el azufre de los combustibles para aviones a reacción tiene un efecto neto refrigerante para la atmósfera
Una investigación sobre el impacto de la aviación en el cambio climático ha llevado a la conclusión de que eliminar el azufre contenido en combustibles empleados por los motores a reacción tiene un efecto neto refrigerante para la atmósfera.
La aviación es hoy en día el sector consumidor de combustibles fósiles que experimenta un mayor crecimiento, dado que en muchas circunstancias no hay otras alternativas al viaje por avión. Se prevé que las emisiones contaminantes de la aviación aumenten al doble en las próximas dos décadas, mientras que los pronósticos para otros sectores del transporte apuntan hacia una disminución.
Nadine Unger, profesora de climatología en la Escuela de Silvicultura y Estudios Medioambientales de la Universidad de Yale, ha conducido la nueva investigación.
Cuando los combustibles para aviación a reacción que contienen cantidades significativas de azufre, se queman, las partículas de sulfato que se forman actúan como minúsculos espejos que dispersan radiación solar devolviéndola de regreso al espacio.
Si se retira el azufre de los combustibles, se produce un efecto de calentamiento, pero resulta compensado por el efecto refrigerante del nitrato que se forma a partir del óxido de nitrógeno proveniente de los gases expulsados por el avión. Por tanto, el resultado final de retirar el azufre de los combustibles para aviones a reacción tiene un efecto neto refrigerante, aunque pequeño.![[Img #6413]](upload/img/periodico/img_6413.jpg)
Ya de por sí, retirar el azufre de esos combustibles puede mejorar de manera notable la calidad del aire en la vecindad de los aeropuertos. Los aviones a reacción liberan partículas que se acumulan en los pulmones y pueden acabar causando enfermedades respiratorias y cardiovasculares. En el 2006, se hicieron más de 31 millones de vuelos en todo el globo, según el inventario de emisiones de la FAA (Federal Aviation Administration) de Estados Unidos. El alcance de esos problemas potenciales para la salud es pues considerable.
Por tanto, retirar el azufre de los combustibles para aviones a reacción resulta beneficioso por doble partida. Por un lado, mejora la calidad del aire alrededor de los aeropuertos, y, al mismo tiempo, no va a causar un impacto perjudicial en el calentamiento global, pudiendo incluso contribuir, aunque sea modestamente, a mitigarlo.


