Psicología
Menos escrúpulos para estafar cuanto más impersonal es la vía de comunicación con la víctima
La comunicación mediante mensajes de texto facilita que la gente se comporte de modo más deshonesto, en comparación con otros modos de comunicación. La sabiduría popular ya lo intuía, y ahora lo ha confirmado una nueva investigación en la que se ha comparado el nivel de engaño dañino que la gente con pocos escrúpulos está dispuesta a aplicar en cada uno de los diversos medios de comunicación, desde mensajes de texto hasta interacciones cara a cara.
La gente se comunica con una variedad cada vez mayor de métodos, desde Twitter hasta Skype, por citar a dos. Teniendo en cuenta que cada vez hay más métodos de comunicación disponibles, es importante para la sociedad conocer los riesgos que pueden estar implicados en cada tipo de plataforma.
Los resultados de la investigación llevada a cabo por el equipo de Ronald Cenfetelli y Karl Aquino, de la Universidad de la Columbia Británica en Canadá, y David Jingjun Xu de la Universidad Estatal de Wichita, en Wichita, Kansas, Estados Unidos, confirman que cuanto mayor sea el anonimato del que pueda gozar una persona en una comunicación gracias a la tecnología, más propensa es a relajar sus restricciones morales.
En el estudio participaron 170 estudiantes que debían realizar transacciones de acciones bursátiles (aunque en realidad tales transacciones no tuvieron efecto real). Las operaciones se hicieron de una entre cuatro maneras: cara a cara, mediante vídeo, usando sólo audio, o exclusivamente intercambiando mensajes de texto. Los investigadores prometieron premios en efectivo de hasta 50 dólares para hacer que los participantes se implicaran más en la tarea.
A los "brókeres" se les prometió que cuantas más acciones vendieran, mayor sería su recompensa, mientras que a los "compradores" se les dijo que su recompensa en efectivo dependería del valor de las acciones, que aún tenía que ser determinado.
A los brókeres se les dijo en secreto que las acciones perderían muy pronto la mitad de su valor. A los compradores se les informó de este hecho sólo después de la transacción de acciones simulada y se les pidió que dijeran si los brókeres habían usado el engaño para vender las acciones.
Los autores del estudio analizaron entonces qué formas de comunicación condujeron a más engaños. Y encontraron que los compradores que recibieron información a través de mensajes de texto fueron un 95 por ciento más propensos a informar sobre engaños que aquellos que habían interactuado a través de vídeo.
Los resultados del experimento sugieren que al comunicarse con los compradores de un modo en que estos les veían la cara, los brókeres sentían una mayor sensación de estar siendo escrutados por sus interlocutores, y eso mitigaba notablemente sus impulsos de usar tácticas de venta deshonestas.