![[Img #1213]](upload/img/periodico/img_1213.jpg)
Ahora, un equipo de astrónomos de la Universidad de Tel Aviv, incluyendo a Hagai Netzer y a Benny Trakhtenbrot, ha determinado que la época en que los agujeros negros más masivos comenzaron a crecer a ritmo acelerado se presentó cuando el universo tenía sólo alrededor de 1.200 millones de años, y no entre 2.000 y 4.000 millones de años, como se creía anteriormente.
La nueva investigación se basa en observaciones hechas con algunos de los más grandes telescopios ubicados en la superficie de la Tierra: el Telescopio Gemini Norte, en la cima del Mauna Kea, Hawái, y el VLTA en Cerro Paranal, Chile. Los datos obtenidos con la avanzada instrumentación de estos telescopios muestran que los agujeros negros que ya estaban activos cuando el universo tenía 1.200 millones de años, eran cerca de diez veces más pequeños que los agujeros negros de mayor masa de épocas más recientes. Sin embargo, esos agujeros negros arcaicos crecían mucho más rápido.
El equipo ha descubierto que los primeros agujeros negros que se formaron, aquellos que iniciaron el proceso de crecimiento más allá de su masa estelar cuando el universo tenía sólo unos cientos de millones años de edad, poseían masas de tan sólo entre 100 y 1.000 veces la del Sol. Tales agujeros negros pueden estar relacionados con las primeras estrellas creadas en el universo.
Otros investigadores del proyecto son Ohad Shemmer de la Universidad del Norte de Texas, y Paulina Lira de la Universidad de Chile.
Más información en: