Ecología
Objetivos claros pero camino oscuro hacia la sostenibilidad de los ecosistemas
Las políticas internacionales de sostenibilidad establecen objetivos claros para proteger los ecosistemas y la biodiversidad, pero la forma de lograr estos objetivos sigue siendo difícil en la práctica, ya que la pérdida de biodiversidad continúa a un ritmo alarmante. Un nuevo estudio publicado en la revista científica Nature Sustainability realizado por un equipo internacional de 32 científicos identifica los vacíos de conocimiento clave que deben ser atendidos para abordar las causas fundamentales de la pérdida de biodiversidad, y exige una investigación orientada a buscar soluciones a la crisis socio-ecológica.
El nuevo estudio identifica vacíos de conocimiento a partir de siete evaluaciones recientes realizadas por el organismo científico-normativo IPBES, la Plataforma Intergubernamental de Ciencia-Política sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas. Las evaluaciones de IPBES sintetizan el conocimiento actual sobre la relación entre la sociedad y la naturaleza, incluido el rol de las personas en la gestión de los ecosistemas para proporcionar beneficios a la gente. Los informes de IPBES son una herramienta crítica para informar tanto en la formulación de políticas basadas en evidencia como para establecer agendas de investigación científica.
Los autores compararon los vacíos de conocimiento identificadas en los informes de IPBES con los objetivos clave de sostenibilidad internacional establecidos por las Naciones Unidas para las Metas de Aichi para la Diversidad Biológica, acordadas en 2010 en virtud del Convenio sobre la Diversidad Biológica y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, acordados en 2015.
"Descubrimos que los objetivos de sostenibilidad global no se pueden lograr sin un mejor conocimiento de las retroalimentaciones entre los sistemas sociales y ecológicos, y de instituciones de gobernanza eficaces para brindar servicios ecosistémicos de manera equitativa y proteger a las personas vulnerables", dice Matias Mastrangelo, investigador de la Universidad Nacional de Mar del Plata en Argentina, quien dirigió el estudio. "Necesitamos identificar estrategias de gestión y políticas para los ecosistemas y la biodiversidad que sean efectivas, justas, inclusivas y promuevan una buena calidad de vida".
El análisis encontró que se han realizado progresos para cerrar algunos vacíos de conocimiento previamente identificados en la Evaluación de Ecosistemas del Milenio 2005, incluida una mejor comprensión de las tendencias a largo plazo en el cambio ecológico. Aún así, después de décadas de investigación, persisten algunos vacíos de conocimiento y han surgido otros nuevas.
"Hemos avanzado mucho en evaluaciones globales. Pero el vacío de investigación más urgente no ha cambiado desde 2005: necesitamos estrategias efectivas para cumplir con nuestros objetivos de sostenibilidad ", dice la coautora Elena Bennett, profesora asociada de la Escuela de Ambiente McGill en Canadá. "Además, en esta última evaluación, el papel del conocimiento indígena y local para mantener los beneficios de la naturaleza para la gente se ha convertido en un vacío de conocimiento clave. Ahora tenemos que dialogar y co-producir conocimiento con aquellos con una gran experiencia en cambio social y gobernanza, incluidos los actores locales y los tomadores de decisiones".
En este sentido, las evaluaciones de IPBES reflejan un creciente consenso sobre la necesidad de nuevas formas de valorar tanto el bienestar humano como la protección de la biodiversidad. La coautora Kimberly Nicholas, profesora asociada de estudios de sostenibilidad de la Universidad de Lund en Suecia, señala que las nuevas evaluaciones marcan un cambio de paradigma emergente: "El énfasis que encontramos en la importancia de los valores humanos y las instituciones coloca a las personas en el corazón de la protección de la naturaleza. Para apoyar las decisiones que aseguran que tanto las personas como la naturaleza puedan prosperar, necesitamos nuevas formas de valorar el bienestar humano y natural, más allá de definir una buena vida basada solo en el producto interno bruto ".
Finalmente, los autores sostienen que los vacíos de conocimiento que identificaron deberían ser un aporte importante para los nuevos objetivos globales de biodiversidad establecidos para ser adoptados en 2020 bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad. "Los investigadores, los financiadores de investigaciones y los encargados de formular políticas deben centrarse urgentemente en mejorar el conocimiento sobre los vacíos identificados, particularmente en las regiones donde este conocimiento es actualmente carente", concluye la autora del estudio, Natalia Pérez-Harguindeguy, profesora de la Universidad Nacional de Córdoba en Argentina e investigadora de Consejo Nacional de Investigaciones de Argentina. "El futuro de la humanidad depende de cómo respondamos a la actual crisis socio-ecológica". (Fuente: Lund University