Botánica
Las plantas acuáticas dependen del entorno para la fotosíntesis
Todas las plantas necesitan dióxido de carbono (CO2) para vivir. Lo extraen del aire y lo utilizan durante el proceso de la fotosíntesis para crecer. Pero ¿qué les ocurre a las plantas acuáticas? ¿De dónde sacan el dióxido de carbono?
Algunas tienen formas parcialmente terrestres, como hojas flotantes, o crecen por encima del agua, lo que les permite usar el CO2 de la atmósfera. Pero para aquellas que viven completamente sumergidas en agua, el CO2 es limitado y muchas de estas plantas han desarrollado un mecanismo para aprovechar otras fuentes de carbono. En este caso, lo extraen del bicarbonato, un mineral que se produce de forma natural cuando se desgastan suelos y rocas y la escorrentía llegan hasta las plantas.
En un artículo publicado en la revista Science, investigadores de la universidad estatal de Arizona han llegado a la conclusión de que las plantas acuáticas de agua dulce no solo se ven afectadas por el clima sino que también se ven conformadas por el entorno.
Lars Iversen, el investigador principal del trabajo, indica que cuando en un entorno hay poco dióxido de carbono, las plantas utilizan estrategias para extraer carbono del bicarbonato. Ello es patente en ríos y lagos locales, pero los científicos han comprobado que también sucede en lugares de todo el mundo.
Cuerpo de agua dulce. (Foto: Lars Iversen)
El estudio, que se centró específicamente en plantas acuáticas que viven completamente sumergidas, mostró asimismo que cuando las plantas tienen un acceso más sencillo al CO2, usarán este como fuente de carbono, aunque esté disponible el bicarbonato.
Queda claro que las plantas acuáticas son diferentes, y que no podemos usar nuestros amplios conocimientos sobre plantas terrestres en relación a las primeras. Esto es muy importante porque, a escala global, al menos un tercio de la población humana está estrechamente vinculada a los sistemas de agua dulce. Así que cosas como los deltas, el agua potable y las zonas de pesca son esenciales para la supervivencia humana. Si tenemos que entender cómo resistirán y cambiarán estos sistemas a lo largo de los próximos 100 años, entonces necesitamos averiguar cómo están funcionando los principales componentes y estructuras de los sistemas de agua dulce.
Los cambios ambientales causados por la actividad humana, como la deforestación, el cultivo y el uso de fertilizantes, están produciendo grandes aumentos en las concentraciones de bicarbonato en muchos cuerpos de agua dulce en todo el mundo. Iversen concluyó que la información obtenida en este estudio ayudará a los investigadores a evaluar cómo cambian las funciones de los ecosistemas si dichas concentraciones crecen.