Biología
La deformidad facial en las dinastías reales está vinculada a la endogamia
La “mandíbula de los Habsburgo”, un trastorno facial de la dinastía de los Habsburgo presente en reyes españoles y austríacos y sus esposas, puede atribuirse a la endogamia, según unos nuevos resultados publicados en la revista Annals of Human Biology.
El trabajo combinó el diagnóstico de las deformidades faciales usando retratos históricos con análisis genéticos del grado de parentesco para determinar si existía un vínculo directo. Los investigadores también investigaron la base genética de la relación.
Generaciones de uniones entre miembros de la misma familia aseguraron su influencia por todo el imperio europeo, incluyendo España y Austria, durante más de 200 años, pero también llevaron a su desaparición cuando el último monarca Habsburgo fue incapaz de tener un heredero. Sin embargo, hasta ahora ningún estudio había confirmado si la característica barbilla conocida como “mandíbula de los Habsburgo” era también el resultado de la endogamia.
Según Román Vilas, de la universidad de Santiago de Compostela, la dinastía de los Habsburgo fue una de las más influyentes en Europa, pero también fue conocida por su endogamia, lo que llevó a su caída final. Los investigadores reclutaron a 10 cirujanos maxilofaciales para diagnosticar deformidades faciales en 66 retratos de 15 miembros de la dinastía de los Hagsburgo. A pesar de las diferencias en el estilo artístico, los retratos están caracterizados por una representación realista de la cara humana. A los cirujanos se les pidió que diagnosticaran 11 características del prognatismo mandibular, la forma técnica de llamar a la “mandíbula de los Habsburgo”, así como siete más relacionadas con una deficiencia maxilar, las más reconocibles de las cuales son un labio inferior prominente y una punta de la nariz caída.
![[Img #58104]](https://noticiasdelaciencia.com/upload/images/12_2019/2491_218175_web.jpg)
El rey Carlos II de España fue el último de la línea de los Hagsburgo y uno de los más afectados por la deformidad facial. (Foto: Don Juan Carreño de Miranda)
Los cirujanos puntuaron el grado de prognatismo mandibular y de deficiencia maxilar en cada miembro de la familia de los Habsburgo. María de Borgoña, que entró en la familia en 1477, fue la que mostró el menor grado de ambos rasgos. El prognatismo mandibular fue muy pronunciado en Felipe IV, rey de España y Portugal desde 1621 a 1640. El mayor grado de deficiencia maxilar se diagnosticó en cinco miembros de la familia: Maximiliano I (regente desde 1493), su hija Margarita de Austria, su sobrino Carlos I de España, el bisnieto de Carlos, Felipe IV, y el último de la línea de los Hagsburgo, Carlos II.
Los autores del estudio detectaron una correlación entre los dos trastornos, lo que sugiere que la “mandíbula de los Habsburgo” está de hecho caracterizada por ambos, y que comparten una base genética común. La magnitud de la endogamia se calculó a partir de un árbol familiar a gran escala, que incluía más de 6.000 personas pertenecientes a más de 20 generaciones. Se llevó a cabo un análisis para determinar si estaba conectada al grado de deformidad facial, y los investigadores detectaron una fuerte relación entre el grado de endogamia y el grado de prognatismo mandibular. La relación con la deficiencia maxilar resultó también ser positiva, pero solo fue significativa estadísticamente en dos de las siete características diagnosticadas.



