Medicina
Mejorando el tratamiento de la depresión
El trastorno neurológico que llamamos depresión es uno de los más extendidos entre la población, con hasta 100 millones de personas afectadas en el mundo, y uno de los que causa más problemas en su salud. En muchos casos estas personas se sienten incapacitadas para hacer una vida normal. Sus causas son diversas, ente ellas sucesos de afectación psicológica pasajeros y también disfunciones cerebrales concretas.
Dos estudios recientes han explorado las anormalidades existentes en cerebros de personas con depresión, utilizando para ello técnicas de resonancia magnética (MRI), lo cual podría abrir la puerta hacia nuevos y mejorados tratamientos para el trastorno. Los trabajos se han presentado en la reunión anual de la Sociedad Radiológica de Norteamérica.
El trastorno depresivo mayor, como se llama habitualmente a los síntomas de la depresión, es una de las alteraciones mentales más comunes y debilitantes en el mundo. Los síntomas incluyen un sentimiento de desesperanza, un menor interés en las actividades diarias y fatiga. Una comprensión limitada de los cambios cerebrales asociados con el citado trastorno depresivo mayor dificulta la eficacia de los tratamientos.
Según Kenneth T. Wengler, de la Columbia University, con los actuales tratamientos existe de hecho una gran posibilidad de recaída. Es necesario pues entender mejor el trastorno.
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(Foto: Pixabay)
Tanto Wengler como sus colegas han estudiado recientemente posibles conexiones entre el trastorno depresivo mayor y alteraciones en la barrera hematoencefálica, una red de vasos sanguíneos y tejidos que protege al cerebro de sustancias extrañas. Usando una nueva técnica de resonancia magnética, los científicos examinaron la permeabilidad ante el agua de dicha barrera, es decir, el movimiento del agua fuera de los vasos sanguíneos y hacia el tejido cerebral.
Comparando los resultados entre 14 personas sanas y otras 14 con depresión, hallaron que en estos últimos se movía menos agua desde dentro de los vasos sanguíneos hacia el exterior, lo que señala una integridad alterada de la barrera hematoencefálica. Esta diferencia fue particularmente grande en dos regiones del cerebro: la amígdala y el hipocampo. Y se sabe que estas regiones de materia gris se hallan alteradas en la depresión.
Otro estudio buscó anormalidades en la red compleja de conexiones en el cerebro conocida como conectoma. Trabajos previos se habían centrado en caracterizar las conexiones entre las diferentes regiones cerebrales, pero en este caso, el estudio realizado por investigadores de la University of North Carolina, miró más profundamente, dentro de las propias regiones cerebrales individuales.
Se compararon 66 adultos con trastorno depresivo mayor y 66 que se consideraron sanos mediante resonancia magnética funcional. Con ello, los investigadores pudieron valorar la influencia excitatoria o inhibitoria entre grupos neuronales de células. Un equilibrio adecuado entre excitación e inhibición es esencial para que un cerebro funcione bien.
Los pacientes con depresión tenían patrones anormales de excitación e inhibición en la corteza prefrontal dorsal lateral, un área importante para las funciones de control cognitivo, incluyendo la regulación de la amígdala, muy integrada en la expresión de las emociones. Se ha sugerido desde hace tiempo que un control inhibitorio incorrecto sobre la amígdala podría resultar en síntomas depresivos.
Así pues, las funciones de control en el trastorno depresivo mayor se ven alteradas, lo que puede llevar a mayores respuestas en la amígdala, resultando en una mayor ansiedad y en otros estados de ánimo negativos.



