Astronomía
Unos astrónomos observan con un detalle sin precedentes el estallido de un cometa
Los cometas son conocidos a lo largo de la historia humana por ser astros aparentemente tranquilos que aumentan su actividad en cuanto se acercan al Sol. Es el caso del cometa 46P/Wirtanen, que pasó por las proximidades de la Tierra a finales de 2018. El interés de su visita hizo que numerosos observatorios y satélites hicieran un seguimiento especial de su comportamiento en esta oportunidad.
En general, un cometa se ve afectado por el Sol cuando se acerca mucho a él, poniendo de manifiesto su espectacular cabellera y su cola. Pero esta emisión de gases y polvo a veces experimenta situaciones mucho más violentas, que se traducen en estallidos que lanzan gran cantidad de estos materiales y de hielo al espacio. Esto es precisamente lo que observaron unos astrónomos de la University of Maryland en relación al 46P/Wirtanen, quienes realizaron las observaciones más completas y detalladas hasta la fecha de la formación y disipación de un estallido cometario natural. Para ello usaron datos procedentes del satélite TESS (Transiting Exoplanet Survey Satellite) de la NASA, que normalmente se emplea para observar otras estrellas en busca de planetas extrasolares.
Gracias al TESS, los científicos obtuvieron una secuencia completa, desde el principio al final, de una de estas emisiones explosivas de polvo, hielo y gases. Los resultados se publicaron en la revista The Astrophysical Journal Letters.
El TESS, según Tony Farnham, uno de los astrónomos participantes, se pasa casi un mes fotografiando una porción del firmamento, buscando candidatos de planetas extrasolares alrededor de sus estrellas. Lo puede hacer de forma continuada porque no se ve impedido por interferencias como la atmósfera o las pausas que implican el periodo diurno durante las observaciones desde la superficie terrestre. Se da el caso que, a medida que un cometa orbita el Sol, puede llegar a pasar frente el campo de visión del TESS. El Wirtanen es un cometa muy interesante, así que se decidió comprobar qué resultados científicos se podían obtener de una oportunidad como esta.
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Una de las imágenes del estallido del cometa Wirtanen. (Foto: Farnham et al./NASA)
A través de las imágenes, el equipo se convirtió en el primero en capturar todas las fases de un estallido cometario natural, desde el comienzo hasta el final. En otras ocasiones, como durante la observación del cometa 17P/Holmes, en 2007, uno de estos estallidos fue capturado tarde, perdiéndose varias horas de la fase inicial de aumento de brillo. Al contrario, en 2017 las observaciones de un estallido experimentado por el cometa 29P/Schwassmann-Wachmann 1 acabaron antes de tiempo. El trabajo realizado por el TESS, en cambio, muestra toda la secuencia, incluyendo la fase de disipación.
El Wirtanen hizo su máxima aproximación respecto a la Tierra el 16 de diciembre de 2018, pero su estallido ocurrió antes, el 26 de septiembre. El aumento inicial del brillo en el estallido sucedió en dos fases diferenciadas, un destello de una hora de duración seguido de una segunda etapa más gradual, que continuó aumentando el brillo durante otras 8 horas. Esta segunda fase fue causada probablemente por la dispersión gradual del polvo expulsado por el estallido, que hace que la nube de polvo refleje más luz solar en general. Después de alcanzar el brillo máximo, el cometa disminuyó este gradualmente a lo largo de un periodo de más de dos semanas. Dado que el TESS toma imágenes detalladas cada 30 minutos, el equipo pudo ver cada fase con un detalle excepcional.
Teniendo en cuenta que los estallidos no se pueden predecir, los astrónomos tuvieron suerte al disponer del instrumento adecuado en el momento preciso y durante el tiempo apropiado. Farnham y sus colegas han sido también los primeros en observar el rastro de polvo del cometa Wirtanen. No hablamos de su cola (que cambia su dirección al ser impelida por el viento solar), sino del rastro que va dejando en su órbita alrededor del Sol debido a su actividad. Dicho rastro del cometa es donde se puede encontrar el material más grande. El polvo de la cola es fino, como las partículas del humo, mientras que el del rastro se parece más a arena y guijarros. Se cree que los cometas pierden más masa a través de sus rastros de polvo que a través de sus colas. Cuando la Tierra atraviesa uno de estos rastros, se producen las lluvias de estrellas fugaces.



