Detectando un aneurisma en el cerebro

En ocasiones, un vaso sanguíneo en el cerebro desarrolla una dilatación, situación que denominamos aneurisma cerebral. Esta dilatación puede acabar en rotura, siendo el resultado un accidente cerebrovascular hemorrágico, que presenta un sangrado muy peligroso.

Su gravedad aconseja la vigilancia y estar muy atentos a los posibles síntomas. Sin embargo, los aneurismas suelen desarrollarse sin que produzcan síntomas aparentes. Su peligrosidad procede de su rotura, así que su detección a tiempo, por ejemplo durante una exploración médica para otra cuestión, puede evitar un grave problema.

La presencia de aneurismas no debe en principio pues preocuparnos. Es algo que sucede frecuentemente y no provoca problemas especiales de salud, de modo que raramente llegamos a enterarnos de que se han producido. Ahora bien, su presencia es un riesgo y si es detectado puede hacer conveniente su tratamiento para evitar su rotura futura.

Cuando se rompe un aneurisma en el cerebro, que puede tener el tamaño de una cereza, el paciente empezará a experimentar los primeros síntomas caracterizados por un dolor de cabeza súbito y muy fuerte, tanto que está caracterizado como el peor posible, lo cual deberá advertirnos sobre lo ocurrido y la necesidad de acudir rápidamente a un establecimiento médico o a llamar al servicio de emergencias.

Otros síntomas de la rotura de un aneurisma pueden ser el desmayo, una mala visión y sensibilidad a la luz, dolor tras los ojos, vómitos, convulsiones, un párpado caído, etc. La confusión que afecta al paciente obligará a la intervención de otras personas, que deberían poder identificar algunos de estos síntomas y tomar medidas de inmediato. En todo caso, un dolor de cabeza muy intenso y súbito debería ser suficiente para acudir al médico. Otros dolores menos intensos pueden deberse a migrañas.

Un aneurisma en el cerebro puede aparecer en cualquier lugar de este y su origen no está claro. Dado que parecen ocurrir en los lugares donde la pared arterial se ha debilitado, existen ciertas situaciones de riesgo que hay que tener en cuenta para prevenirlos en lo posible. Son más frecuentes en personas mayores que jóvenes, en aquellas que fuman o consumen otros tipos de drogas y alcohol, y en los individuos con hipertensión. Por tanto, más allá de nuestra edad, y del hecho que suceden más a las mujeres que a los hombres, deberíamos tener cuidado y evitar cualquier conducta de consumo de riesgo como las citadas.

En otros casos, su aparición resulta más frecuente debido a un historial hereditario o ciertas anomalías y malformaciones físicas.

Aneurisma en el cerebro. (Foto: Wikimedia Commons)

Qué ocurre cuando se produce una rotura en un aneurisma en el cerebro

Al romperse el aneurisma se produce un sangrado que afecta a los tejidos circundantes. Aunque su duración es corta, apenas unos segundos, puede producirse un aumento de la presión interna cerebral que interrumpa la aportación de oxígeno y sangre al órgano, ocasionando el desvanecimiento. Si esta situación se prolonga, puede producirse la muerte.

Frecuentemente la rotura ocurre en el espacio que separa el cráneo del cerebro. Este lugar es invadido por la sangre y entonces aparecen otros problemas, como un exceso de líquido cefalorraquídeo, antesala de un daño a otros tejidos por hidrocefalia.

Es pues muy importante detectar rápidamente los síntomas y ponerse en manos de un equipo médico que pueda intervenir de la mejor manera posible. De esta rapidez depende que no se produzcan daños más graves y hasta irreversibles.