Medicina
La enfermedad meningocócica y las vacunas: algunas respuestas y todavía muchas preguntas
La enfermedad meningocócica invasiva (EMI) es una enfermedad grave y potencialmente mortal que puede generar alarma social. Actualmente se comercializan varias vacunas con diferente efectividad frente a uno o varios de los serogrupos de meningococo causante de la patología pero ninguna de ellas cubre el espectro completo de la enfermedad.
En España ha habido una disminución de casos entre la temporada 1999-2000 (tasa de 4,0/100.000 habitantes) y la temporada 2013-2014 (tasa de 0,5/100.000 habitantes). Desde entonces, se ha observado un ligero incremento en la temporada 2017-2018 (tasa de 0,8/100.000 habitantes). Este aumento está producido por los serogrupos W e Y, sobre todo en personas mayores de 65 años y en jóvenes de 15 a 19 años, y en menor medida por el serogrupo C. La incidencia del serogrupo B ha descendido, aunque es el serogrupo que produce mayor número de casos.
La reciente decisión del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) de sustituir la dosis de vacuna antimeningocócica C conjugada de los 12 años del calendario de vacunas por la vacuna tetravalente ACWY, y recomendar la vacunación masiva de las cohortes de adolescentes y jóvenes entre 12 y 18 años de edad, se basa en el aumento mantenido de los serogrupos W e Y, en la capacidad de esta vacuna para generar inmunidad de grupo y en la mayor prevalencia de portadores en este segmento de edad.
Los resultados comunicados hasta la fecha del estudio de la efectividad de la vacuna MenB-4C en el Reino Unido no son concluyentes y podrían no ser directamente trasladables a España, donde se ha estimado que la proporción de cepas susceptibles de ser lisadas por anticuerpos vacunales es del 68,7%. La incidencia de la enfermedad meningocócica en España se mantiene en valores próximos a los mínimos históricos y no hay signos de emergencia. Por ello, hasta la fecha, la vacuna MenB-4C no cumpliría los criterios para su introducción en el calendario oficial de vacunaciones.
Los cambios en el calendario de vacunación en España son acordados en el CISNS basándose en informes de las agencias de evaluación que recopilan, de manera objetiva e independiente, toda la evidencia científica y la información de la red de vigilancia de salud pública. Por tanto, las decisiones de dicho Consejo constituyen una referencia sólida para decidir estrategias de vacunación. Mientras en los países más avanzados de Europa las recomendaciones consensuadas, aprobadas y financiadas por la Administración Sanitaria son secundadas por la inmensa mayoría de los profesionales, en España algunas sociedades científicas y profesionales recomiendan a sus pacientes vacunas adicionales sin financiación pública.
De esta forma se precipita el debate social, se rompe la unidad de acción del sistema sanitario (explicitado en el calendario de vacunaciones) y se transmiten mensajes confusos a la población. Los profesionales y las sociedades científicas, fundamentalmente cuando existe controversia, deberían apoyar y trasladar a la práctica asistencial las decisiones de las autoridades sanitarias, y evitar contradicciones entre la práctica clínica y la de salud pública que deterioren el crédito que tienen las vacunas en nuestra población. (Fuente: U. Barcelona)