Astronomía
Primeros efectos de la colisión de nuestra galaxia con otras dos
La periferia de la Vía Láctea es el hogar de las estrellas más antiguas de la galaxia. Pero unos astrónomos han visto algo inesperado en esta comunidad de estrellas viejas: un cúmulo de estrellas jóvenes.
Más sorprendente aún, el análisis espectral sugiere que estas estrellas jóvenes tienen un origen extragaláctico. Aparentemente, estos soles no se formaron a partir de material de la Vía Láctea, sino de material de dos galaxias enanas cercanas, conocidas como las Nubes de Magallanes. Estas dos galaxias están en curso de colisión con la nuestra. El descubrimiento realizado en el nuevo estudio sugiere que una corriente de gas que avanza desde las dos galaxias está a solo la mitad de la distancia estimada anteriormente para entrar en colisión plena contra la Vía Láctea.
La investigación que ha conducido a este hallazgo la ha llevado al cabo del equipo de Adrian Price-Whelan, del Centro de Astrofísica Computacional del Instituto Flatiron, entidad adscrita a la Fundación Simons, de Estados Unidos.
Las nuevas estrellas podrían revelar nuevos conocimientos sobre la historia de la Vía Láctea; podrían, por ejemplo, indicar si las Nubes de Magallanes ya chocaron con nuestra galaxia en una ocasión anterior.
El nuevo cúmulo estelar, al que se le dio el nombre de "Price-Whelan 1", es relativamente joven, con sus 117 millones de años de edad, y se encuentra en las afueras de la Vía Láctea.
El nuevo cúmulo de estrellas jóvenes, cuya posición en el cielo aparece marcada con el símbolo de una estrella azul de cinco puntas, se encuentra en la periferia de la Vía Láctea. Las estrellas de este cúmulo muy probablemente se formaron a partir de material procedente de las galaxias enanas vecinas llamadas Nubes de Magallanes. (Imagen: D. Nidever; NASA)
Estudiando la Corriente de Magallanes
El cúmulo reside en una región cerca de un “río” de gas, denominado Corriente de Magallanes (o Corriente Magallánica), que conforma el borde exterior de las Nubes de Magallanes y se extiende hacia la Vía Láctea. El gas en la corriente contiene porcentajes muy bajos de elementos químicos más pesados que el hidrógeno y el helio, a diferencia del gas típicamente presente en los confines de la Vía Láctea, cuyo porcentaje de tales elementos es mucho mayor. David Nidever, de la Universidad Estatal de Montana en Bozeman (Estados Unidos), dirigió un análisis del contenido de tales elementos en las 27 estrellas más brillantes del cúmulo. Al igual que la Corriente de Magallanes, las estrellas contienen escasos niveles de elementos químicos más pesados que el hidrógeno y el helio.
Los autores del nuevo estudio creen que el cúmulo estelar se formó a medida que el gas de la Corriente de Magallanes pasaba a través del gas que rodea a la Vía Láctea. Este paso a través del gas de la Vía Láctea creó una fuerza de arrastre que comprimió el gas de la Corriente de Magallanes. Esta fuerza de arrastre, junto con las fuerzas de marea del tirón gravitacional de la Vía Láctea, condensó el gas lo suficiente como para desencadenar la formación de estrellas. Con el tiempo, las estrellas avanzaron por delante del gas circundante y se unieron a la Vía Láctea.
La presencia de estas singulares estrellas ofrece una oportunidad única de investigación científica. Valiéndose de sus posiciones y movimientos actuales en el cúmulo, los investigadores han determinado, con mayor precisión que en intentos anteriores, que el borde de la Corriente de Magallanes está a 90.000 años-luz de la Vía Láctea. Eso es aproximadamente la mitad de la distancia estimada anteriormente.
Esta mayor cercanía de la Corriente de Magallanes a nuestra galaxia implica que es muy probable que sea asimilada dentro de la Vía Láctea antes de lo que predice el modelo actual, tal como razona Nidever. Finalmente, ese gas se convertirá en nuevas estrellas en el disco de la Vía Láctea. Ahora, nuestra galaxia está gastando gas más rápidamente que la velocidad a la cual pasa a estar disponible nuevo gas. El gas extra que ingresará en la Vía Láctea ayudará a reabastecer la galaxia de materia prima para la formación de nuevas estrellas. (Fuente: NCYT Amazings)