Beneficios e inconvenientes de usar lentes progresivas

La diferencia fundamental entre las gafas graduadas y progresivas está en que las progresivas requieren de un periodo más largo de adaptación. Así, en óptica se utilizan varios tipos de cristales para corregir la vista según las necesidades de cada paciente; se corrigen también las características ópticas y el foco para definir la distancia necesaria para poder ver desde cualquier distancia con nitidez. Sin embargo, las gafas que más se utilizan son las monofocales, que son utilizadas por pacientes con un solo problema de visión: bien necesitan reforzar la vista desde lejos o bien solo desde cerca, requiriendo una distancia focal determinada. 

Por otro lado, están los pacientes que presentan ambos problemas a causa de distintas razones y ven necesario reforzar las dos distancias focales. Para este caso hay varias opciones. Muchos pacientes prefieren hacer uso de dos gafas diferentes, una para distancias cortas (como por ejemplo para leer, trabajar en el ordenador o cocinar) y otras para distancias largas (como conducir o ver una película en el cine), intercambiándolas según la necesidad, lo que para el día a día puede llegar a ser algo incómodo y poco práctico.

La otra opción son las gafas progresivas, que suelen presentar la misma apariencia en ambas lentes sin que se perciba que cada una de ellas tiene un enfoque diferente para ayudar al ojo a enfocar, mejorando el factor estético. En la parte de arriba del cristal se sitúa el foco para ver más lejos, en el medio se encuentra la distancia media normal y en la parte de abajo se presenta el otro foco para poder ver mejor de cerca. Es por ello que muchos pacientes avisan de que para hacer uso de las progresivas se necesita un tiempo de adaptación, no solo para que el ojo se acostumbre al nuevo cristal, sino también nosotros mismos a saber utilizarlas según nuestra necesidad, aprendiendo a mirar por la parte del cristal adecuada según el enfoque que necesitemos en cada momento.

Una de las ventajas principales de este tipo de gafas es que no necesitas nada más para poder ver cómodamente a cualquier distancia, también la comodidad que te otorga poder hacer uso de ellas para cualquier tarea. Además, en el plano económico, el precio de las gafas progresivas es más rentable tener solo unas gafas a tener que comprar dos y, además, regular los cristales de ambas según la nueva graduación. Si tenemos que nombrar posibles inconvenientes diríamos la visión lateral, que puede verse reducida al acostumbrar al ojo a la gafa; claro que esto varía según la falta de vista de cada paciente, que puede estar más o menos reforzada en ese sentido. Sin embargo, cabe destacar que los nuevos diseños personalizados mejoran y optimizan estos campos de visión para reducir este efecto en la mirada lateral. 

No obstante, dado que la agudeza visual cambia con la edad y según los factores externos a los que nos enfrentemos, es conveniente revisarnos periódicamente en nuestra óptica local para que sean los profesionales los que valoren nuestras necesidades y nos aconsejen.